Un legado que nutre generaciones
El humeante aroma de los frijoles recién cocidos es mucho más que un simple platillo: es memoria viva de la gastronomía mexicana. Este alimento ancestral, protagonista de desayunos, comidas y cenas, sigue generando preguntas sobre su consumo ideal. La nutrióloga Mariana Sánchez Díaz despeja todas las dudas sobre este ingrediente fundamental.
Un tesoro nutricional en cada cucharada
Con más de 70 variedades en México, los frijoles aportan el 36% de la proteína diaria en la dieta nacional. Son una bomba de nutrientes:
- Proteína vegetal de alta calidad
- Fibra que mejora la digestión
- Hierro, magnesio y zinc esenciales
- Vitaminas del complejo B para energía constante
El secreto está en la preparación
La experta revela el truco nutricional: “Los frijoles de olla son saludables; el problema viene al freírlos”. La versión refrita con chorizo o queso puede triplicar las calorías. La alternativa inteligente:
- Conservar el caldo de cocción
- Machacar sin añadir aceite
- Optar por versiones comerciales sin grasas añadidas
Cuándo decir “hoy no, frijolitos”
Aunque son nutritivos, hay momentos para moderar su consumo:
- Antes de competencias deportivas (por la fibra)
- Durante malestares estomacales
- En dietas estrictas de control calórico
Equilibrio: la receta definitiva
Los frijoles son pieza clave -pero no única- de una alimentación saludable. Combinarlos con otros grupos alimenticios, mantener hidratación y actividad física regular conforman el verdadero menú del bienestar. Como advierte la especialista: “Ningún alimento por sí solo garantiza salud, pero los frijoles bien preparados son un aliado nutricional difícil de superar”.
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