La confesión ante el Senado francés
La directora del Museo del Louvre, Laurence des Cars, enfrentó este miércoles una de las pruebas más difíciles de su carrera: comparecer durante dos horas ante el Senado francés para explicar cómo pudo ocurrir el inexplicable “robo del siglo” que conmocionó al mundo del arte.
El atraco perfecto en siete minutos
En un operativo que parecía sacado de una película, cuatro ladrones ejecutaron el robo a plena luz del día. En apenas siete minutos lograron:
- Desplegar una escalera desde la calle
- Romper la ventana de un balcón
- Sustraer ocho objetos valuados en más de US$102 millones
- Escapar en motocicletas
Las fallas críticas expuestas
Des Cars admitió ante los senadores cinco graves deficiencias en el sistema de seguridad:
- Protección perimetral débil y conocida
- Equipo de seguridad obsoleto
- Falta de detección oportuna de la intrusión
- Cámara de vigilancia apuntando en dirección opuesta al lugar del robo
- Recortes en el personal de vigilancia durante la última década
Un museo entre la apertura y la seguridad
“Fuimos derrotados”, declaró la directora, quien presentó su renuncia aunque no le fue aceptada. Defendió que los museos “no son ni serán fortalezas; son, por naturaleza, abiertos”, pero reconoció la necesidad urgente de modernización.
La corona dañada y la esperanza de restauración
Durante la huida, los ladrones dejaron caer la corona del siglo XIX de la emperatriz Eugenia, incrustada con diamantes. Aunque recuperada, la pieza sufrió daños al ser extraída violentamente de su vitrina. Des Cars aseguró que las evaluaciones iniciales sugieren que “es posible una restauración delicada”.
El camino hacia la renovación
La directora reveló que espera que las reformas de seguridad comiencen a principios de 2026, aunque reconoció que modernizar un palacio real inaugurado en 1793 representa desafíos únicos. Entre sus propuestas destaca la instalación de una comisaría de policía dentro del museo.
Mientras la investigación continúa y los ladrones permanecen prófugos, el Louvre reabrió sus puertas, aunque la Galería de Apolo donde ocurrió el robo permanece cerrada.
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