En un escenario de pesadilla, mientras el presidente Andrés Manuel López Obrador y la presidenta electa Claudia Sheinbaum visitaban Sinaloa, un grupo delictivo dejó abandonada una camioneta blanca con varios hombres asesinados en su interior, con un macabro mensaje: “Bienvenidos a Culiacán”.
Los cuerpos, que presentaban evidentes signos de violencia, fueron localizados en el sector Jardines del Humaya, en la zona sur de la ciudad. Este acto criminal ocurrió de manera paralela al discurso del presidente, quien minimizó la ola de violencia que azota a la entidad.
“No se debe estigmatizar a los habitantes del estado”, dijo López Obrador, ignorando los hechos que se desarrollaban a pocos kilómetros. Mientras tanto, Sheinbaum evitó pronunciarse sobre la jornada violenta, limitándose a elogiar a Sinaloa como “tierra de hombres y mujeres trabajadoras”.
La situación en Culiacán se ha tornado cada vez más caótica. Desde el pasado 9 de septiembre, se han registrado alrededor de 97 asesinatos, producto de una disputa entre las facciones leales a Ismael “El Mayo” Zambada y “Los Chapitos”.
A pesar del despliegue de más de 2,200 elementos de las Fuerzas Armadas, el Gobierno mexicano parece incapaz de contener la espiral de violencia que azota a la región. Mientras tanto, los habitantes de Sinaloa siguen a la espera de una solución efectiva que les permita recuperar la paz y la seguridad.
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