Por cada niño que se deja de vacunar para no contagiarse de la COVID-19, pueden morir 100

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Esta clara advertencia llega de la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y GAVI, la Alianza Mundial para el Fomento de la Vacunación y la Inmunización, antes de la celebración el próximo 4 de junio de la Cumbre Mundial sobre la Vacunación, un evento donde los dirigentes mundiales se reunirán para ayudar a mantener los programas de inmunización y mitigar los efectos de la pandemia en los países de ingresos más bajos.

Según los datos de los tres organismos los servicios de inmunización se ven obstaculizados en unas 68 naciones y es probable que afecte a unos 80 millones de niños menores de 1 año en esos países.

De los 129 países de los que se disponía de información sobre los servicios de vacunación durante los meses de marzo y abril, más de la mitad (alrededor del 53%) comunicaron interrupciones moderadas o graves, o una suspensión total de los programas de inmunización.

Unos datos que el primer ejecutivo de GAVI, Seth Berkley, consideró alarmantes y además destacó que la magnitud del impacto de la COVID-19 en los programas de inmunización mundial es algo inédito.

“Los recientes modelos recientes de la universidad London School of Hygiene & Tropical Medicine muestran que si se trata de evitar el contagio de COVID-19 deteniendo la inmunización rutinaria, por cada muerte que se evitaría por coronavirus se producirían más de 100 muertes de enfermedades prevenibles por vacunación, lo que nos recuerda la importancia de la inmunización”.

La interrupción el pasado mes de marzo de los servicios sistemáticos de inmunización infantil es un hecho sin precedentes desde que en la década de los 70 del pasado siglo se iniciaron los llamados Programas Ampliados de Inmunización.

“La inmunización es uno de los instrumentos de prevención de enfermedades más importantes y esenciales en la historia de la salud pública”, dijo el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó el director general de la Organización Mundial de la Salud. “La interrupción de los programas de vacunación debida a la pandemia de COVID-19 amenaza con deshacer décadas de progreso contra enfermedades prevenibles por vacunación como el sarampión”, destacó.

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OMS Una niña recibe una vacuna contra el sarampión en la República Democrática del Congo

¿Por qué se interrumpe el proceso?

Entre las diversas causas por las que se alteró el servicio se indica la reticencia de los padres a abandonar sus hogares debido a las restricciones de movimiento impuestas, la falta de información o simplemente temor a contagiarse con el coronavirus.

Por otro lado, la falta de trabajadores sanitarios se debe a las prohibiciones de viajar a los países, la reasignación a tareas de respuesta de la COVID-19 o la falta de equipos de protección.

Además, los retrasos en el transporte de las vacunas agravan la situación. UNICEF informó de un retraso considerable en las entregas previstas de vacunas debido a las medidas de cierres fronterizos, la consiguiente disminución de los vuelos comerciales y la limitada disponibilidad de los vuelos chárter.

Para mitigar esta situación, el Fondo de la ONU para la Infancia llama a los Gobiernos, al sector privado, a la industria aérea y a otros actores a ceder espacio de carga a un coste asequible para transportar las vacunas.

GAVI firmó recientemente un acuerdo con UNICEF por el que ofrece fondos por adelantado para cubrir el aumento de los costos de fletar la entrega de vacunas, causado por la reducción del número de vuelos comerciales disponibles para el transporte.

“No podemos permitir que la lucha contra una enfermedad se produzca a expensas del progreso a largo plazo en la lucha contra otras enfermedades”, dijo Henrietta Fore, directora ejecutiva de UNICEF. “Disponemos de vacunas efectivas contra el sarampión, la polio y el cólera. Aunque las circunstancias requieran detener temporalmente algunos programas de vacunación, estas inmunizaciones deben reiniciarse lo antes posible o nos arriesgamos a cambiar un brote mortal por otro”.

La semana que viene la Organización Mundial de la Salud emitirá una nueva guía para los países donde les asesorará sobre el mantenimiento de los servicios esenciales durante la pandemia e incluirá recomendaciones sobre cómo administrar vacunas en condiciones de seguridad.

©UNICEF/Patrick Brown Una niña junto a su padre antes de recibir la vacuna contra el sarampión en la Républica Democrática del Congo.

Campañas interrumpidas temporalmente

Muchos países suspendieron temporal y justificadamente las campañas colectivas de vacunación preventiva de enfermedades como el cólera, el sarampión, la meningitis, la poliomielitis, el tétanos, la fiebre tifoidea y la fiebre amarilla, debido al riesgo de transmisión y la necesidad de mantener el distanciamiento físico durante las primeras etapas de la pandemia de COVID-19.

Especialmente afectadas resultaron las campañas contra el sarampión y la poliomielitis que se suspendieron 27 y 38 naciones respectivamente. Además, al menos 24 millones de personas en 21 países de bajos ingresos que cuentan con el apoyo de GAVI corren el riesgo de no recibir las vacunas contra la poliomielitis, el sarampión, la fiebre amarilla, el cólera, el rotavirus, entre otras, debido al aplazamiento de las campañas y la implantación de nuevas vacunas.

Ante la preocupación de que la acumulación de personas reunidas en las campañas de vacunación masivas incrementara la transmisión del coronavirus, la Organización Mundial de la Salud recomendó a los países a finales de marzo su suspensión temporal mientras se evaluaban los riesgos y se establecían medidas eficaces para reducir la transmisión del virus.

Desde ese momento, la Organización siguió monitoreando la situación y recientemente publicó una guía para ayudar a los países a determinar cómo y cuándo reanudar las campañas de vacunación masiva.

UNICEF/Jim Holmes Una enfermera prepara la jeringuilla para vacunar a niños en Vientiane (República Democrática Popular Lao).

Puntos para reanudar las vacunaciones

Por otro lado, Henrietta Fore señaló que se necesitan esfuerzos conjuntos y concertados para reactivar las vacunaciones. La directora general de UNICEF basó sus ideas en cinco acciones concretas: