Sacudiendo las aguas de la diplomacia norteamericana, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió con firmeza a los comentarios del gobierno de Justin Trudeau y al rechazo de varios políticos canadienses a las comparaciones de Donald Trump entre México y Canadá. “¡A México se le respeta!”, declaró Sheinbaum, en un choque directo con el ejecutivo canadiense.
Las tensiones se acrecentaron después de la reunión entre Trudeau y Trump en Mar-a-Lago, donde el primer ministro canadiense intentó convencer al magnate republicano de que la comparación entre los dos países era injusta. “Nuestras fronteras son muy diferentes”, señaló la embajadora canadiense en Washington.
Sin embargo, Sheinbaum no se quedó callada. “México es un gran país”, afirmó, cerrando la puerta a cualquier intervención militar estadounidense en territorio mexicano. La mandataria también destacó que México está dispuesto a mantener la cooperación, a pesar de que no tiene una crisis de drogas como la de sus socios.
Por su parte, Trudeau ha enviado señales de que su prioridad es asegurar la supervivencia de la relación con Estados Unidos, su principal socio comercial. Esto ha generado una distancia entre México y Canadá que, según el exsecretario de Economía Ildefonso Guajardo, es “totalmente salvable” y podría ser un elemento importante para nivelar el terreno de las negociaciones del TMEC.
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