A casi cien años de su fundación, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) enfrenta lo que podría ser la crisis más profunda de la historia, luego de los resultados que obtuvo en las elecciones del pasado 6 de junio.
Cuestionamientos internos por la elección de candidatos, acusaciones de desvío de recursos, movilizaciones y comentarios del actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, son algunos hechos que atizan la idea de que, si no hay transformaciones internas, el partido tricolor podría convertirse en un cascarón.
El resultado electoral que el PRI obtuvo el pasado 6 de junio fue “desastroso”, de acuerdo con la opinión de algunos de sus integrantes, pero “de recuperación”, de acuerdo con los especialistas, todos consultados por La Silla Rota, y tomando como antecedente directo la elección de 2018, cuando Morena arrasó con espacios en el Congreso de la Unión.
“El PRI ha perdido muchísimo terreno. De lo que fue el partido hegemónico que gobernó el país por 71 años, ya no queda nada, literalmente”, afirma José Fernández Santillán, politólogo e investigador del Tecnológico de Monterrey.
Justo un día después de las elecciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que su partido tiene posibilidades de aprobar las reformas legislativas que ha propuesto gracias, a pesar de haber perdido la mayoría calificada –necesaria para las reformas constitucionales–, de un posible pacto con partidos de la hoy oposición, como el PRI.
La mención al tricolor generó cuestionamientos sobre si algunos legisladores del PRI, que ganaron su curul por la reelección, decidirán apoyar a Morena –como lo hicieron en la 64 Legislatura–, en lugar de mantenerse fieles a la alianza “Va Por México”.
Poco después del señalamiento del ejecutivo federal, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI, decidió designar a Rubén Moreira, quien varias veces acompañó a Morena con el voto en favor de reformas impulsadas por López Obrador, como coordinador de la bancada para la 65 Legislatura, que inicia en septiembre.
“Fue una pésima decisión nombrar a Rubén Moreira como coordinador de los diputados priistas, en vista de que no es, ni por poco, el hombre indicado para trabajar en la coalición y, más bien, parece que es un guiño a una posible alianza con Morena. Eso es peligrosísimo”, apunta el investigador.
Rubén Moreira, por su parte, afirma que la coalición “Va Por México” se mantiene en constantes reuniones, incluso semanales, para discutir las estrategias y propuestas comunes que impulsarán durante la próxima Legislatura.
Sin embargo, en entrevista con La Silla Rota adelantó que, a reserva de que se estudien a fondo las propuestas que el Poder Ejecutivo haga al Congreso, “la coalición tiene una postura clara”.
“Hay un mandato, tanto del Comité Ejecutivo Nacional, como de la ciudadanía, de ser oposición y proteger las instituciones. Pero, aún no hay iniciativas, no sabemos exactamente qué van querer impulsar”, afirma Moreira a La Silla Rota.
El priista afirma, además, que su partido se está recuperando de la elección de 2018, cuando se perdió la presidencia por lo que es necesario analizar los estragos que aún sufre el partido desde esa elección.
“Si se analizan los números, nuestros números mejoraron. En algunos sitios no nos alcanzó para ganar las gubernaturas, pero son mejores estos resultados, en términos porcentuales, que aquellos que tuvimos en 2018, en las mismas entidades”, afirma Moreira.
Su opinión no es compartida por otros priistas dentro del partido y las manifestaciones de rechazo a la dirección nacional, encabezada por Alejandro Moreno, y a la decisión de colocar a Rubén Moreira como coordinador de la bancada, no sólo no se han detenido, sino que continúan entre las organizaciones afiliadas al PRI.
Es el caso del Colegio Profesional de Derecho que, junto con otras organizaciones del partido tricolor, se han manifestado en contra de Alejandro Moreno y los resultados electorales que consiguió en la elección. Además, han denunciado la supuesta alianza que el partido tendría con Morena, a raíz de las investigaciones que han iniciado en contra de Moreno Cárdenas por supuesto desvío de recursos.
Otra de las figuras del priismo, que ha manifestado su rechazo a la dirigencia de Morena es Ulises Ruiz Ortiz, exgobernador de Oaxaca, que además afirma que la salida de Moreno Cárdenas de la dirigencia es inminente. “La salita de ´Alito´ es una cuestión de días”, afirma.
Además, señala que la independencia política del partido está en riesgo a raíz de las acusaciones por desvío de recursos y que Moreno Cárdenas “ha mostrado, en diversas ocasiones, que está al servicio de Morena”.
“No puedes esperar mucho de esta Legislatura y de ese compromiso de coalición legislativa con personajes que están totalmente agarrados de los pantalones por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador”, dijo Ruiz Ortiz en entrevista con La Silla Rota.
Sin embargo, para José Antonio Crespo, especialista en análisis político del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), “el PRI tiene que mantener su autonomía frente a Morena, para no perder la poca credibilidad que mantiene”.
De acuerdo con Crespo, si bien la bancada morenista es mayoría en el Congreso, les hacen falta cerca de 55 votos para aprobar las reformas constitucionales que ha anunciado López Obrador, por lo que la negociación y la presión contra los priistas será intensa.
De acuerdo con Crespo, la debacle del priismo se anunció desde los estados que el partido perdió en las elecciones de 2016, lo que se reafirmó con la elección presidencial de 2018 y tiene su explicación en el profundo desprestigio del partido.
“Pasará mucho tiempo antes de que pueda recuperar algo, si acaso alguna vez puede recuperarse y convertirse en opción de gobierno otra vez, lo que parece muy difícil o al menos tomaría mucho tiempo”, opina el especialista.
Para la disidencia interna del tricolor, la única solución que encuentran los especialistas es que Alejandro Moreno salga de la dirigencia nacional del PRI, se convoque a una nueva asamblea nacional, donde se discuta el proyecto de nación que puede proponer a la ciudadanía y, a partir de ahí, se discutan las propuestas para el próximo periodo legislativo.
“Pero, para que haya asamblea nacional, necesitas quitar a Alejandro Moreno del PRI y ya se revisará la fracción parlamentaria, porque es atribución del presidente del CEN nombrar al coordinador de la fracción parlamentaria.
“Pero si el coordinador de la fracción parlamentaria está entregado, hay que cambiarlo, hay que quitarlo. Y si tiene cuentas pendientes con la justicia, que las enfrente”, afirma Ulises Ruiz Ortiz.
fmma