Mientras el mundo financiero se mueve a un ritmo vertiginoso, una figura poco conocida se ha convertido en el centro de atención: las Sociedades Financieras Populares (Sofipos). Estas “pequeños bancos” sin serlo, han demostrado ser un brazo fuerte para atender a la base de la pirámide con servicios financieros a la medida.
La Asociación Mexicana de Sofipos (AMS) lidera este sector en plena transformación. Bajo la dirección de Miriam Chávez y la presidencia de Juan Francisco Fernández de Crediclub, las Sofipos se han posicionado como un actor relevante en la industria. No solo han atraído a fintech que buscan entrar al sistema financiero formal, sino que también han despertado el interés de bancos como Bradesco, que quieren aprovechar esta figura para volver a intentar conquistar el mercado mexicano.
Pero las Sofipos no solo son un imán para nuevos jugadores, sino que también se han convertido en la opción más viable para atender a la base de la pirámide. De hecho, hay nueve solicitudes para abrir una Sofipo, frente a solo cinco de bancos tradicionales.
Sin embargo, no todo es color de rosa. Las autoridades han reconocido que existen obstáculos regulatorios que frenan el crecimiento de estas figuras. Temas como el acceso a la portabilidad de nómina, donde se denuncia un “monopolio bancario”, son algunos de los retos a vencer.
Aun así, tanto las Sofipos como instituciones como la Cofece coinciden en que se deben hacer cambios regulatorios para que México pueda consolidarse como la punta de lanza de la tecnología y la inclusión financiera en Latinoamérica.
¿Será que las Sofipos son el futuro del sistema financiero mexicano? Descúbrelo en N24, tu fuente de noticias de vanguardia.
