Un invento centenario con nueva misión
En medio de la revolución energética global, una tecnología olvidada resurge con un propósito transformador. La batería de níquel-hierro que Thomas Edison popularizó hace más de un siglo ha sido reinventada por investigadores de Delft para convertirse en fuente de hidrógeno verde. Este desarrollo fusiona almacenamiento y producción en un solo sistema inteligente.
El Battolyser: dos funciones en un solo dispositivo
Imagine un equipo que funciona como batería cuando necesita energía y como electrolizador cuando está completamente cargado. Así opera el Battolyser, una innovación que suaviza la intermitencia de las energías renovables y genera hidrógeno sin emisiones cuando las condiciones son óptimas.
Mecánica de doble propósito
El dispositivo emplea los mismos electrodos de níquel y hierro que Edison utilizó originalmente. Durante la carga y descarga opera como batería alcalina convencional, pero al alcanzar su capacidad máxima redirige automáticamente la energía hacia la electrólisis del agua.
Se integra perfectamente con sistemas de electrólisis alcalina existentes y se alimenta exclusivamente de fuentes solares o eólicas. Cuando hay excedentes renovables, prioriza la producción de hidrógeno; cuando la red eléctrica lo requiere, entrega electricidad instantáneamente.
Eficiencia que marca la diferencia
Con rendimientos que alcanzan el 85%, el Battolyser supera a alternativas comparables en costo y simplicidad. Utiliza materiales abundantes y económicos, reduciendo la dependencia de metales críticos y facilitando una fabricación más accesible.
La tecnología genera hidrógeno a presión, simplificando etapas posteriores de compresión y almacenamiento. Esta característica reduce pérdidas energéticas y puede disminuir significativamente el costo nivelado del hidrógeno en aplicaciones industriales.
Ventajas competitivas destacadas
- Robustez excepcional con vida útil de 20-30 años
- Respuesta rápida para servicios de estabilidad de red
- Generación de flujos de ingresos adicionales
- Capacidad de arbitraje energético automático
- Integración sencilla con energías renovables
Impacto en el panorama energético europeo
En 2022, el hidrógeno representó menos del 2% del mix energético europeo, principalmente de origen fósil. La conversión a hidrógeno verde es crucial para descarbonizar sectores difíciles de electrificar como la producción de amoniaco, refinerías y acero.
El Battolyser puede acelerar esta transición, alineando la oferta renovable con la demanda industrial y proporcionando resiliencia a la red eléctrica. Su función como puente entre electrones y moléculas se alinea perfectamente con la estrategia europea de integración sectorial.
Camino hacia la implementación masiva
La compañía planea demostrar un módulo de 2,5 MW el próximo año y un sistema de 5 MW en el segundo trimestre de 2025. Para finales de 2026, el objetivo es instalar unidades de hasta 500 MW, un paso decisivo hacia despliegues a escala industrial.
La regulación será fundamental: señales de precio al carbono, subastas de hidrógeno verde y procesos de permisos ágiles. Con el apoyo adecuado a la infraestructura y certificación de origen, la curva de costos podría disminuir rápidamente.
Legado que mira al futuro
El resurgimiento de esta tecnología no es simple nostalgia: es un testimonio de cómo la ingeniería evoluciona recombinando soluciones que ya han demostrado su valor. La batería de níquel-hierro se transforma así en motor de la economía del hidrógeno del mañana.
Si el Battolyser cumple su promesa, veremos redes más estables, industrias más limpias y un aprovechamiento óptimo de cada kilovatio renovable. Tecnología del ayer, perfeccionada con la ciencia de hoy, para la energía del futuro.
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