La reciente explosión del cohete Starship de SpaceX en noviembre de 2023 tuvo un impacto inesperado en la atmósfera terrestre. Según un estudio realizado por científicos rusos y publicado en la prestigiosa revista Geophysical Research Letters, la potente detonación abrió temporalmente un agujero en la ionosfera, una capa crucial de la atmósfera.
La ionosfera, situada entre los 80 y 650 kilómetros de altura, es una zona especial donde los gases se han convertido en plasma. La segunda explosión del Starship, ocurrida a 150 kilómetros de altura, dispersó los electrones en esta región, alterando el plasma y creando un agujero que duró entre 30 y 40 minutos antes de que la zona afectada se reparara por completo.
“Esta perturbación es la primera vez que una acción humana ha producido un efecto tan grande en la ionosfera”, explica Yury Yasyukevich, físico del Instituto de Física Solar-Terrestre (ISTP). “Los agujeros ionosféricos provocados por el hombre no son algo nuevo, pero la escala de este evento es realmente sorprendente”.
Los investigadores creen que este incidente brinda una oportunidad única para comprender mejor los efectos de los agujeros en esta capa de la atmósfera, un fenómeno aún poco estudiado. Aunque otros cohetes han creado agujeros más pequeños en el pasado, la explosión del Starship fue un “evento catastrófico” que abrió un portal temporal hacia el espacio.
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