Nueva prueba para el parkinson cambiaría la lucha contra la enfermedad 2:04
(CNN) — Marc Gauthier puede ahora subir a un ascensor sin que su cuerpo se agarrote y se quede paralizado. Puede dar un paseo de 5 kilómetros por la orilla del lago sin detenerse. Puede levantarse de una silla con facilidad. Para Gauthier, de 63 años, que lleva casi tres décadas viviendo con la enfermedad de Parkinson, estas actividades cotidianas eran todo un reto… hasta ahora.
“Caminar en una tienda sería realmente difícil, imposible antes, debido a la congelación de la marcha que a menudo se producía en esos entornos. Ahora ya no me pasa. Ya no tengo congelación”, dijo Gauthier, que vive cerca de Burdeos, Francia, en una rueda de prensa en francés traducida al inglés.
En un nuevo estudio, a Gauthier se le implantó quirúrgicamente una neuroprótesis experimental de médula espinal para corregir los trastornos de la marcha en personas con enfermedad de Parkinson. Paso a paso, dijo, le ha ayudado a recuperar el andar.
El estudio, publicado este lunes en la revista académica Nature Medicine, detalla cómo funciona la neuroprótesis al dirigirse a áreas específicas de la médula espinal con estimulación eléctrica que están asociadas con la marcha.
“Abordar los déficits de la marcha y el equilibrio en la enfermedad de Parkinson es extremadamente desafiante. Estos déficits pueden ser muy heterogéneos. Pueden variar de un paciente a otro. Pueden afectar a la marcha, pero también a la simetría, el equilibrio y la postura”, dijo el Dr. Eduardo Moraud, autor del estudio e investigador en el Hospital Universitario de Lausana, en Suiza, durante la rueda de prensa.
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“El enfoque neuroprotésico que hemos desarrollado aquí permite por primera vez abordar estos problemas de forma individualizada y muy específica para cada paciente”, explicó Moraud. “Funciona en tiempo real y, lo que es más importante, es complementario a otras terapias existentes”.
La enfermedad de Parkinson, un trastorno cerebral degenerativo, hace que partes del cerebro se deterioren. Los síntomas relacionados con la marcha se producen cuando las células nerviosas de la zona de los ganglios basales del cerebro, que controla el movimiento, se deterioran o mueren. Estas células nerviosas producen normalmente dopamina, pero cuando mueren o se deterioran, la falta de dopamina suele afectar a la capacidad de la persona para moverse, caminar o mantener el equilibrio. Alrededor del 90% de las personas con la enfermedad experimentan déficits locomotores. Aunque actualmente no existe cura para la enfermedad de Parkinson, algunas terapias como la estimulación cerebral profunda o los medicamentos para aumentar los niveles de dopamina, pueden aliviar los síntomas.
Gauthier, padre de dos hijos, fue diagnosticado de Parkinson cuando tenía 36 años y fue tratado previamente con terapia de sustitución de dopamina y luego con estimulación cerebral profunda en 2004 para ayudar con los temblores y la rigidez. Pero más recientemente, a medida que la enfermedad avanzaba, desarrolló graves trastornos de la marcha que no respondían a ninguna de las dos terapias. Su cuerpo se agarrotaba a menudo, dijo, y sufría caídas unas cuatro veces al día de media, lo que le obligó a dejar su trabajo como arquitecto.
Entonces, Gauthier fue invitado a participar en el nuevo estudio para probar la neuroprótesis medular experimental. Al principio se negó por el compromiso de tiempo que supondría, pero luego cambió de opinión, se arriesgó y dijo que sí.
Estimular la médula espinal
Para desarrollar el implante, investigadores de Francia, Suiza y otras instituciones de todo el mundo visualizaron y cartografiaron los puntos calientes de la parte inferior de la médula espinal a los que debe dirigirse la neuroprótesis con estimulación eléctrica para aliviar las deficiencias de la marcha y los problemas de equilibrio en un paciente con enfermedad de Parkinson.
“La estimulación aquí se centra en la médula espinal”, dijo Moraud. “Apuntamos a la región de la médula espinal que controlará todos los movimientos de las piernas”.
Los investigadores identificaron seis puntos clave para facilitar la marcha. A continuación, implantaron un conjunto de electrodos en la región inferior de la médula espinal de Gauthier para dirigirse a esas zonas. Los electrodos se conectaron a un estimulador neuronal colocado bajo la piel en la región del abdomen. Ese estimulador estaba programado para aplicar estimulación eléctrica a la médula espinal.
“La conexión entre el electrodo y el estimulador está bajo la piel, todo queda oculto, y se controla el dispositivo con un control a distancia”, explicó durante la sesión informativa el neurocirujano Dr. Jocelyn Bloch, autor del estudio y profesor del Hospital Universitario de Lausana.
La operación se realizó en el Hospital Universitario de Lausana hace unos dos años. Y tras unos meses de rehabilitación con la estimulación neuroprotésica, Gauthier ha recuperado la capacidad de caminar de forma independiente utilizando el implante.
También tiene la opción de llevar sensores en las piernas para recibir más estimulación. Las señales de los sensores portátiles pueden ayudar a sincronizar la estimulación eléctrica epidural con los movimientos y reforzarlos.
En general, la neuroprótesis, basada en la estimulación eléctrica epidural, ayudó a “promover pasos más largos, mejorar el equilibrio y reducir la congelación de la marcha”, escribieron los investigadores en su estudio.
Gauthier utiliza ahora su neuroprótesis durante unas ocho horas al día, encendiendo el estimulador por la mañana y apagándolo cuando permanece sentado mucho tiempo o duerme. Gauthier dijo durante la rueda de prensa que siente un pequeño hormigueo en las piernas con la estimulación, pero que no le molesta, y bromeó diciendo que su mujer está “muy contenta” de que ahora él pueda salir al a andar por su cuenta mientras ella puede disfrutar de un rato de tranquilidad en casa.
Pero esto no es una cura. Los investigadores prevén que su enfermedad de Parkinson siga progresando.
“Con esta estimulación de la médula espinal, todavía tenemos un efecto, pero tenemos que luchar contra síntomas peores y más graves”, dijo Bloch. “Pero aún podemos darle, con la terapia, un poco de calidad de vida”.
Un avance emocionante
Este estudio de prueba de concepto es “emocionante” e “impresionante”, dijo en un correo electrónico la Dra. Svjetlana Miocinovic, neuróloga especializada en la enfermedad de Parkinson y profesora asociada de la Facultad de Medicina de la Universidad Emory.
“Este es un desarrollo emocionante ya que se necesitan desesperadamente mejores tratamientos para el deterioro de la marcha y el equilibrio en la EP,” dijo Miocinovic, quien no estuvo involucrada en la nueva investigación.
“Será importante demostrar que el beneficio de la marcha observado en este estudio se debe específicamente a la estimulación espinal (por lo que las comparaciones con la estimulación simulada son importantes), que puede lograrse en otros pacientes con Parkinson”, añadió. “Y que puede desplegarse en la práctica clínica (la tecnología necesita racionalizarse lo suficiente para que los clínicos la implementen y los pacientes la utilicen)”.
Esta tecnología no solo necesita ser probada en más personas con enfermedad de Parkinson, sino también en aquellas que no habían recibido previamente estimulación cerebral profunda como terapia, dijo David Dexter, director de investigación de Parkinson’s UK, en una declaración escrita distribuida por el Science Media Centre, con sede en el Reino Unido.
“Hasta ahora solo se ha probado en un individuo con Parkinson que ya había recibido Estimulación Cerebral Profunda. Ahora necesitamos que se pruebe en muchas más personas con la enfermedad, incluidas las que no tienen ECP, en ensayos clínicos para explorar más a fondo los beneficios potenciales y los efectos secundarios/riesgos de esta nueva terapia experimental”, dijo Dexter, que no participó en el nuevo estudio.
“Se trata de un procedimiento bastante invasivo, pero podría ser una tecnología que cambie las reglas del juego para ayudar a restaurar el movimiento en personas con Parkinson avanzado en las que los fármacos ya no funcionan bien”, dijo. “Esta investigación se encuentra todavía en una fase muy temprana y requiere mucho más desarrollo y pruebas antes de que pueda ponerse a disposición de las personas con Parkinson, sin embargo, este es un importante y emocionante paso adelante y esperamos ver que esta investigación progrese rápidamente”.
Un segundo paciente comenzó el proceso de esta terapia, dijo Moraud en la rueda de prensa, y los investigadores planean llevar a cabo pruebas clínicas el próximo año en otros seis pacientes con la enfermedad de Parkinson. Este trabajo está siendo apoyado por una donación de un millón de dólares de la Fundación Michael J. Fox. Y en asociación con la empresa de tecnología médica ONWARD Medical, con sede en los Países Bajos, Bloch y Grégoire Courtine, autor del estudio y profesor de Neurociencia en el Hospital Universitario de Lausana, están trabajando en el desarrollo de una versión comercial de la neuroprótesis.
“La idea es, realmente después de esta primera fase, lanzar un ensayo clínico a mayor escala para validar realmente la terapia”, dijo Courtine durante la rueda de prensa, añadiendo que esta investigación en curso llevará algún tiempo, “al menos cinco años de desarrollo y pruebas”.