Muchos hombres pierden los cromosomas Y a medida que envejecen. Finalmente sabemos por qué esto es tan mortal.

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«Una pérdida desoladora», así describen los científicos a las consecuencias encontradas por la pérdida del cromosoma Y, una afección que ocurre de manera frecuente en los hombres durante el proceso de envejecimiento.

¿Sabías que los hombres pueden perder su cromosoma Y con el tiempo? Esto es cierto, y, en realidad, no es un hecho nuevo, con anterioridad ya se reconocía esta singular cuestión que se distingue como una afección denominada pérdida del mosaico del cromosoma Y (mLOY).

Como sabemos, todas las células que nos conforman almacenan información genética en 23 pares de cromosomas, de lo cuales, un par corresponde a los sexuales. En el caso de los varones, estos están dotados de un cromosoma X y un cromosoma Y.

Cuando un individuo presenta mLOY, un número creciente de células hematopoyéticas, aquellas que darán paso a distintos tipos de células sanguíneas (como glóbulos rojos o blancos), muestran una pérdida del cromosoma Y. Esto conduce a dejar dispar al par de cromosomas sexuales, permaneciendo en estas células solo el cromosoma X y los 22 pares de cromosomas restantes.

El cromosoma Y es el más pequeño de todos y, por lo tanto, contienen realmente un modesto número de genes cuyas funciones no son completamente comprendidas, sin embargo, la pérdida de esta información genética en la edad adulta ha demostrado que mantiene funciones vitales para el organismo.

mLOY se presenta con mayor frecuencia en los glóbulos blancos de los hombres que envejecen, y se ha relacionada con diversas afecciones médicas, incluido el cáncer, otras enfermedades relacionadas con la edad, y un mayor riesgo de mortalidad, aunque no se tiene claro los mecanismos por los cuales sucede esto.

Ahora, un grupo de investigadores ampliaron el conocimiento sobre las consecuencias de esta pérdida de información genética, apuntando en el daño al corazón. Las implicaciones son realmente interesantes a la vez que graves, se publicaron recientemente en la revista Science y te platicamos de ellas a continuación.

Con la finalidad de conocer más sobre el efecto que tiene la pérdida del cromosoma Y, los investigadores del estudio se propusieron imitar esta condición en ratones. Para ello, mediante la técnica de edición genética CRISPR, reconstruyeron la médula ósea de los animales con células que carecían del cromosoma Y.

Los modelos biológicos resultantes se caracterizaron por tener menor esperanza de vida y ser mucho más propensos a desarrollar fibrosis, que es una especie de cicatrización y endurecimiento de los tejidos del corazón que provoca insuficiencia cardíaca.

Asimismo, para evidenciar que este hecho se producía también en los humanos, describe ScienceAlert que «los investigadores analizaron datos del Biobanco del Reino Unido, un estudio de décadas que capturó información genética y de salud de alrededor de medio millón de adultos que envejecen normalmente».

Con ello determinaron que los varones con mLOY presentaban un mayor riesgo de morir por insuficiencia cardíaca y otros tipos de enfermedades cardiovasculares durante los 11 años promedio de seguimiento.

De esta manera, se determina que los individuos con mLOY tienen un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y mortalidad asociada con la insuficiencia cardíaca. Además, explican los autores del estudio, que esto puede ser una causa acerca del por qué después de los 60 años, los hombres mueren más rápidamente que las mujeres, como si envejecieran biológicamente a mayor velocidad.

Afortunadamente, también se demostró en el estudio que el tratamiento con un anticuerpo neutralizador del factor de crecimiento transformante β1, que bloquea una vía de señalización que se activó en ratones mLOY, logró revertir la fibrosis, mejorando la disfunción cardíaca.

Finalmente, aunque aún falta mucho por determinar acerca de esta frecuente pero aún desconocida condición, reconocer cuáles son las consecuencias en los individuos contribuye de manera objetiva para determinar de qué forma se pueden contrarrestar tales efectos.