La migraña, una dolencia incapacitante que aqueja al 15% de la población mexicana, se ha convertido en un verdadero desafío de salud pública. Según la Secretaría de Salud, esta condición neurológica crónica afecta a casi 20 millones de personas en el país, siendo las mujeres las principales víctimas.
“La migraña no respeta edad ni posición social”, explica Javier Andrés Galnares Olalde, especialista adscrito a la Clínica de Cefaleas del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. “Empieza a manifestarse en las mujeres a partir de su primera menstruación y en los hombres entre los 10 y 14 años, con una prevalencia tres veces mayor en el género femenino”.
Los síntomas de esta dolencia pueden ser devastadores, con episodios de dolor pulsátil intenso, náuseas, vómitos y una sensibilidad extrema a la luz y el sonido. Estos ataques pueden durar desde cuatro horas hasta cinco días, obligando a los pacientes a buscar refugio en un lugar tranquilo y oscuro.
Factores como el estrés, los malos hábitos alimentarios, la falta de sueño y la exposición a contaminantes pueden desencadenar estos episodios migrañosos. Aunque la migraña no es una causa directa de muerte, puede evolucionar hacia complicaciones graves, como el infarto migrañoso, que puede tener consecuencias devastadoras para la salud.
Afortunadamente, el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía ofrece atención médica integral y tratamientos gratuitos para la población sin seguridad social. Además, se están desarrollando nuevos medicamentos preventivos que prometen mejorar la calidad de vida de quienes sufren de esta incapacitante condición.
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