Mientras el país se prepara para dar la bienvenida a octubre, una sombra se cierne sobre el sector de la salud: la incertidumbre en torno a la contratación de medicamentos y otros insumos médicos. Según nuestras investigaciones, no se han realizado los estudios de mercado necesarios, y aún no hay claridad sobre quién liderará las compras para el sector.
¿Será BIRMEX, bajo la supervisión de Jens Pedro Lohmann, o volverá al IMSS, bajo la dirección de Zoe Robledo? O peor aún, ¿cada institución tendrá que hacer sus propias adquisiciones?
En el mejor de los casos, se llevaría a cabo una compra consolidada, pero este proceso requiere de una investigación de mercado exhaustiva, la publicación de una convocatoria, la recepción y análisis de propuestas, y la adjudicación final. Todo esto tomaría al menos 40 o 45 días, lo que significa que los fabricantes no sabrán si tienen contratos y qué deben producir hasta bien entrado el mes de noviembre.
Esto podría retrasar el abastecimiento hasta mediados de febrero. Y si no se toman medidas de inmediato, es posible que los contratos se asignen en diciembre, cuando muchas empresas cierran y es difícil conseguir las materias primas, lo que retrasaría aún más la disponibilidad de los productos hasta finales de marzo o principios de abril.
Según el experto David Kershenobich, este no es un problema sencillo, como vender “papitas”. La logística y la fabricación de medicamentos son procesos complejos que requieren una planificación cuidadosa y una inversión de entre 30,000 y 40,000 millones de pesos.
La nueva administración tiene la oportunidad de marcar la diferencia y evitar una crisis en el sector de la salud. Pero si no actúan de inmediato, serán los responsables de un desabasto que podría tener graves consecuencias para la población.
¿Podrán los líderes de salud aprender de los errores del pasado y garantizar el acceso a los medicamentos que tanto necesita México? Sigue leyendo en N24 para mantenerte informado sobre este crucial desafío.
