¿El COVID nos hace perder materia gris del cerebro?

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El COVID-19 es una enfermedad tan reciente que aún no acabamos de conocer todas las secuelas que es capaz de provocar en el cuerpo humano. Las afectaciones que puede tener a nivel cerebral, sin embargo, han sido documentadas en varias investigaciones. Una publicada, de manera preliminar, por científicos de la Universidad de Oxford (Inglaterra) este domingo plantea que el COVID es capaz de causar la pérdida de materia gris del cerebro.

Los científicos se basaron en imágenes del cerebro tomadas antes y después del COVID-19 por el biobanco del Reino Unido (UK Biobank). Este escaneó a más de 40 mil participantes antes del inicio de la pandemia, lo que permitió invitar en 2021 a cientos de personas previamente fotografiadas para una segunda toma de imágenes.

Los investigadores estudiaron los efectos de la enfermedad en el cerebro utilizando datos de 394 participantes que dieron positivo a la infección por SARS-CoV-2 entre sus dos exploraciones.

“Usamos exploraciones cerebrales estructurales y funcionales de antes y después de la infección para comparar los cambios cerebrales longitudinales entre estos 394 pacientes con COVID-19″, señalan en el estudio, que no ha sido revisado por pares, es decir, por científicos de su mismo nivel.

¿Qué es la materia gris? El sistema nervioso central se encuentra formado por dos tipos de tejido: la sustancia gris y la sustancia blanca. La primera, también denominada materia gris, está principalmente compuesta por cuerpos de células neuronales y células cerebrales no neuronales (células gliales). Es esencial para procesar información en el cerebro, en particular, las diversas señales generadas en los órganos sensoriales.

Los autores de la investigación identificaron “efectos significativos” de la enfermedad en el cerebro con una pérdida de materia gris en varias partes de este órgano.

“Nuestros hallazgos se relacionan consistentemente con la pérdida de materia gris en áreas corticales límbicas directamente relacionadas con el sistema olfativo y gustativo primario”, señalan en el abstract del estudio.

“Dado que un posible punto de entrada del virus al sistema nervioso central podría ser a través de la mucosa olfativa y el bulbo olfatorio, estos resultados de las imágenes cerebrales podrían ser el sello distintivo in vivo de la propagación de la enfermedad (o del virus mismo) a través de las vías olfativas y gustativas”, añaden los investigadores.