El expresidente Donald Trump ha dado la espalda a millones de espectadores al negarse a participar en un nuevo debate presidencial con la candidata demócrata Kamala Harris. Esta decisión marca un momento significativo en la campaña de 2024 y revela la vulnerabilidad de una carrera política construida sobre los cimientos de su fama televisiva.
Trump argumenta que no necesita una revancha porque ganó el debate del martes por la noche, a pesar de las críticas que señalaron su desempeño fallido frente a una vicepresidenta que lo superó. Sin embargo, existe una posible explicación alternativa: Trump, quien normalmente no puede resistirse a una oportunidad de dominar la pequeña pantalla, podría no estar preparado ni centrado para enfrentar nuevamente a su oponente en un escenario de debate.
La negativa de Trump abrió el camino para que el equipo de Harris se regocije en que el expresidente tiene miedo de debatir con ella. Por su parte, Trump sigue echando humo por el debate del martes, dedicando gran parte de su discurso en Arizona a quejarse amargamente de las respuestas de Harris y acusar a ABC News de haberle tendido una trampa.
Mientras tanto, Harris insiste en que lleva las de perder y se ha visto envuelta en una nueva polémica por la presencia de la polemista de extrema derecha Laura Loomer en un acto de campaña de Trump. Estas acaloradas controversias revelan mucho sobre los candidatos y sus estrategias en la recta final de la campaña.
La continua indisciplina de Trump sugiere una razón por la que su campaña puede no querer que su candidato vuelva a subirse a un escenario de debate, después de que 60 millones de personas vieran su primer encuentro con Harris. Sin embargo, algunos expertos creen que Trump podría cambiar de opinión si se encuentra en desventaja cerca del día de las elecciones.
¿Mantendrá Trump su negativa a debatir de nuevo con Harris? La respuesta podría tener un impacto significativo en el resultado de esta reñida contienda electoral. Sigue a N24 para estar al tanto de los últimos desarrollos.