Shigeru Ishiba, un veterano político de 67 años, ha sido elegido como el próximo primer ministro de Japón. Conocido por su defensa de una especie de OTAN asiática frente a la amenaza de China y Corea del Norte, Ishiba se ha impuesto en una reñida carrera por el liderazgo del gobernante Partido Liberal Demócrata (PLD).
Tras cinco intentos, Ishiba ha logrado imponerse en la segunda vuelta de la votación a Sanae Takaichi, actual ministra de Seguridad Económica y representante del ala dura del partido. Con 215 votos frente a los 194 de Takaichi, Ishiba se ha convertido en el nuevo líder del PLD, partido que controla el Parlamento y que lo designará como primer ministro el próximo 1 de octubre.
El nuevo primer ministro se enfrenta al reto de renovar un partido salpicado por el escándalo de corrupción que provocó la renuncia de su antecesor, Fumio Kishida. Ishiba promete restaurar la confianza ciudadana y revitalizar la economía japonesa, que aún se encuentra en una fase de lento crecimiento.
“Creo en el pueblo y diré la verdad con valentía y sinceridad. Haré todo lo posible para que Japón vuelva a ser un país seguro, un lugar donde todos puedan vivir con una sonrisa”, ha declarado Ishiba en su discurso de aceptación.
Conocido por su apoyo al fortalecimiento de las Fuerzas Armadas y a una reforma constitucional que deje claro que Japón cuenta con fuerzas de autodefensa, Ishiba también ha prometido trasladar algunos ministerios y organismos gubernamentales fuera de Tokio para ayudar a reactivar las regiones más deprimidas del país.
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