El plan de Boris Johnson para que Reino Unido vuelva a la normalidad corre el riesgo de descarrilarse en medio de críticas públicas contra su decisión de terminar las reglas de aislamiento pandémico, con los casos de COVID-19 aumentando en el mundo.
Las restricciones del coronavirus expiraron en Inglaterra este lunes, un momento que pretendía celebrar la reapertura total de una economía golpeada por su recesión más profunda en 300 años.
Pero el levantamiento de las restricciones se produjo en un tenso ambiente de crecientes infecciones y luchas políticas para Johnson. Reino Unido reportó más de 54 mil casos nuevos de COVID el sábado y más de 47 mil 600 el domingo, más que Indonesia, el epicentro de la pandemia actual, según datos compilados por la Universidad Johns Hopkins.
El aumento en los casos afectó a la libra, que cayó hasta 0.4 por ciento a 1.37 dólares, el nivel más bajo desde mediados de abril.
El primer ministro, mientras tanto, está luchando por recuperar su credibilidad después de que una furiosa reacción lo obligó a él y al ministro de Finanzas, Rishi Sunak, a abandonar un intento inicial de evitar las reglas de aislamiento de su propio gobierno. Ambos funcionarios fueron instruidos a quedarse en casa después de que se reunieron con Sajid Javid, secretario de Salud, quien dio positivo a COVID.
El hecho, que eclipsa lo que los medios británicos han llamado el ‘Día de la Libertad’, es una profunda ironía para Johnson: demuestra gráficamente los peligros que enfrenta el primer ministro cuando intenta romper el ciclo de bloqueos del Reino Unido y reactivar la actividad económica, al tiempo que se asegura de que los hospitales no se vean abrumados.
La regla de aislamiento de 10 días para contactos cercanos de pacientes de COVID ha causado problemas en Inglaterra, dejando al transporte público y otras empresas luchando para hacer frente a la escasez de personal.
Johnson y Sunak habían sido contactados por el Servicio Nacional de Salud y les habían dicho que se quedaran en casa, pero anunciaron el domingo por la mañana que participarían en un programa de prueba que les permitiría tomar pruebas regulares, mientras continuaban yendo a trabajar y realizando asuntos gubernamentales esenciales. .
La decisión provocó una ‘tormenta de críticas’ en las redes sociales y en tres horas la pareja de funcionarios cambió de decisión.
¿Los ingleses estarán a la ‘altura’ del reto?
La pregunta ahora es si el público seguirá escuchando las orientaciones del Gobierno sobre cómo actuar responsablemente contra el COVID-19 con las tasas de infección aún altas y el verano atrayendo a muchos a salir de vacaciones.
Las leyes que exigen que las personas en Inglaterra usen cubrebocas en los trenes y se sienten en mesas en bares y restaurantes con sana distancia han expirado, y las multitudes ingresan a los clubes nocturnos, que pudieron reabrir por primera vez a la medianoche. La mayoría de las restricciones también se han levantado en Escocia, aunque las mascarillas siguen siendo obligatorias en los espacios públicos interiores.
Sigue habiendo dudas sobre qué tan interesado estará el público en hacer uso de todas las libertades a medida que la variante Delta recorre Reino Unido. Una encuesta de YouGov mostró que 60 por ciento de los británicos se sienten cada vez más nerviosos por el levantamiento de las medidas.
Neil Ferguson, epidemiólogo del Imperial College London cuyo modelo fue clave para el primer confinamiento, dijo a la BBC el domingo que “100 mil nuevos casos de COVID al día es casi inevitable”. El propio Javid dio una cifra similar a principios de julio.
El inconveniente y el nuevo daño económico creado por el sistema de prueba y rastreo del NHS, diseñado para ralentizar la propagación del virus ha enfurecido a las empresas.
El sistema ha creado una grave escasez de trabajadores en industrias que van desde tiendas minoristas hasta fábricas de automóviles, y ha habido informes de que la aplicación es demasiado entusiasta e incluso puede identificar a los vecinos como contactos a través de las paredes de las casas.
Según el Instituto Adam Smith, 1.73 millones de personas se encuentran actualmente aisladas después de ser contactadas por la aplicación para decir que han estado en contacto con un caso de COVID. Esa cifra podría aumentar a 5.2 millones de personas a mediados de agosto, comentó el grupo de investigación.
Si bien los casos están aumentando, el número de muertos en el Reino Unido sigue siendo relativamente bajo gracias a la vacunación. El domingo se informaron solo 25 muertes por COVID, en comparación con más de mil en Indonesia y 137 en Estados Unidos.