En un giro inesperado, el líder de la provincia más poblada de Canadá, Ontario, ha anunciado que rescindirá un contrato de $100 millones con los servicios de internet Starlink de Elon Musk. Esta decisión drástica es una respuesta directa a los amplios aranceles impuestos por el presidente estadounidense Donald Trump a Canadá.
“Vamos a romper el contrato de la provincia con Starlink. Ontario no hará negocios con gente que está decidida a destruir nuestra economía”, declaró el primer ministro Doug Ford, quien también ha prohibido a las empresas estadounidenses firmar contratos provinciales.
Ford culpa al presidente Trump por esta escalada comercial, afirmando que “Canadá no inició esta pelea con Estados Unidos, pero créanme que estamos listos para ganarla”. El líder provincial ha convocado elecciones anticipadas, buscando un mandato de cuatro años que dure más que el de Trump.
En respuesta a los aranceles, Ontario y otras provincias canadienses han planeado retirar las marcas de bebidas alcohólicas estadounidenses de los estantes de las tiendas del gobierno. Ford también ha alentado a las empresas a colocar la bandera canadiense en los productos para que los consumidores sepan qué comprar.
“Esto es un impuesto a los ciudadanos estadounidenses. Eso es lo que Donald Trump le está haciendo a su propia gente”, afirmó Ford, quien describió a Musk como parte del equipo de Trump “que quiere destruir los ingresos de las familias, destruir las empresas. Quiere quitarle comida a la gente trabajadora y no lo voy a tolerar”.
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