En un mundo cada vez más polarizado, la relación entre la religión y la política se ha vuelto cada vez más compleja y controvertida. En una entrevista exclusiva con el pastor y senador Dusty Deevers, nuestro corresponsal se adentra en este terreno minado, donde las creencias personales chocan con los principios democráticos.
Deevers, un influyente líder religioso, deja claro que para él no hay separación posible entre la fe y la política. “No hay manera de desconectar el cristianismo de la política”, afirma con convicción. Su agenda a corto plazo incluye objetivos como acabar con el aborto, eliminar la pornografía y eliminar los impuestos sobre la renta y la propiedad.
Esta visión choca con la de Gina Desmarais, una fiel que asiste a la iglesia. Ella cree que “no se puede obligar a las personas a ser cristianas” y que las leyes deben beneficiar a todos, creyentes o no. Sin embargo, en estados como Luisiana y Alabama, se han implementado medidas que parecen ir en contra de este principio, como la obligación de colgar los Diez Mandamientos en las aulas o considerar a los embriones congelados como “bebés”.
Mientras tanto, el pastor Deevers cree que el presidente Trump no va lo suficientemente lejos en su agenda conservadora, argumentando que está “inclinando al Partido Republicano hacia la izquierda”. Su indecisión sobre a quién apoyar en las próximas elecciones refleja la complejidad de esta relación entre la fe y la política.
¿Podrá la Iglesia seguir dictando la agenda política en Estados Unidos? ¿Hasta dónde llegará esta unión controversial entre religión y gobierno? Descubre más sobre este fascinante debate en N24, tu fuente de noticias de vanguardia.