Un domingo de protesta y consignas
Bajo el emblema de la bandera de One Piece, un símbolo de búsqueda de libertad para muchos jóvenes, cientos de manifestantes de la llamada Generación Z iniciaron una marcha pacífica este domingo desde el Ángel de la Independencia. El reloj marcaba las 11:25 horas cuando el contingente, convocado principalmente a través de redes sociales, comenzó su recorrido silencioso por el Paseo de la Reforma con un destino claro: el corazón político del país.
El silencio como grito de protesta
A diferencia de la efervescencia de protestas anteriores, esta marcha se caracterizó por una calma deliberada. Los manifestantes optaron por el silencio como forma de protesta ante la inseguridad y la violencia que, según sus pancartas, define el presente del país. Frases como “Los jóvenes somos el presente. Muera el mal gobierno” y mensajes dirigidos a figuras internacionales se alzaron sobre la multitud, mezclando el descontento local con una perspectiva global.
Uno de los voceros explicó el motivo central: “Estamos en contra de la falta de respuesta por parte de las autoridades para dar una solución contundente a la crisis que seguimos viviendo”. El dolor, señaló, proviene de dos heridas nacionales abiertas: la violencia persistente y la crisis de más de 130,000 personas desaparecidas.
Un recorrido que marcó la ciudad
El avance del contingente dibujó una ruta de cierres viales en el Centro Histórico. Tras partir de Reforma, la marcha avanzó por Juárez y realizó una parada estratégica frente al Palacio de Bellas Artes. Ahí, los manifestantes bloquearon temporalmente el Eje Central para leer un pronunciamiento colectivo, asegurándose de que su mensaje fuera escuchado.
El recorrido continuó por 5 de Mayo hasta desembocar en la plancha del Zócalo. Este final contrastó notablemente con la primera protesta del 15 de noviembre, que derivó en disturbios. Hoy, la llegada al centro simbólico del poder se dio sin incidentes, tras lo cual los participantes comenzaron a dispersarse.
Una convocatoria digital y un mensaje persistente
Los organizadores reconocieron que la asistencia física fue menor en comparación con la marcha de hace un mes. Sin embargo, matizaron este dato con una poderosa observación: “en redes sociales somos miles”. Esta afirmación subraya la naturaleza dual de este movimiento, que habita con igual fuerza en el espacio digital y en las calles.
La protesta en México trasciende la edad. No se define solo por la generación de sus participantes, sino por un reclamo transversal: “no olvidar” a las víctimas de la violencia. Un problema que, señalan, persiste a pesar del cambio de gobierno en 2018 y la reciente transición hacia la administración de Claudia Sheinbaum.
La crónica de este domingo quedó escrita no con disturbios, sino con el peso de un silencio exigente y la bandera de un anime ondeando frente al Palacio Nacional. Una imagen que sintetiza las nuevas formas de protesta de una generación determinada a ser escuchada.
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