En un sorprendente giro de los acontecimientos, el Gobierno mexicano se vio sacudido por la repentina decisión del presidente Trump de imponer nuevos aranceles a los productos mexicanos. Apenas unas horas después de anunciar una pausa en la aplicación de estos gravámenes, el mandatario estadounidense dio marcha atrás, dejando a las autoridades mexicanas en una posición delicada.
La presidenta Claudia Sheinbaum, sin embargo, mantuvo la calma y pidió a la población mantener la serenidad. “Esperamos poder llegar a un acuerdo y anunciar algo diferente el próximo 4 de marzo”, declaró la mandataria, confiando en que las negociaciones en curso puedan dar frutos.
La comitiva mexicana, encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, se encuentra en Washington sosteniendo reuniones de alto nivel con sus homólogos estadounidenses. Además, el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y el titular de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, también se han desplazado a la capital estadounidense para apoyar las gestiones.
“Llevan muy estudiados los distintos temas y ya ha habido conversaciones previas”, comentó Sheinbaum, quien confía en que puedan convencer al equipo de Trump de que México ha cumplido con sus compromisos durante la pausa arancelaria.
La fecha clave será el próximo martes, cuando vence el plazo establecido en las primeras negociaciones. En esa ocasión, México se comprometió a desplegar 10.000 militares en la frontera para frenar el tráfico de fentanilo y los flujos migratorios, a cambio de diferir el impacto a su economía. Sin embargo, Trump ha manifestado su insatisfacción con los resultados, por lo que las nuevas condiciones impuestas por la Casa Blanca serán determinantes.
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