Tensión a tope en el Senado mexicano este martes. Mientras los legisladores debatían la polémica reforma judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, cientos de manifestantes irrumpieron en el recinto, paralizando la sesión.
Desde primera hora, el ambiente era de máxima crispación. Dentro y fuera del Senado, se vivía un hervidero de corrillos, chantajes y acusaciones. La oposición, encabezada por los partidos PAN, PRI y MC, denunciaba presiones y hasta detenciones de algunos de sus senadores para evitar que votaran en contra de la reforma.
Cuando la sesión estaba a punto de comenzar, un grupo de jóvenes logró entrar al salón de plenos, entonando el himno nacional y ocupando los escaños de los legisladores. Tras varios intentos, las puertas cedieron y el tumulto se apoderó del recinto. El oficialismo acusó a la oposición de “reventar” la sesión, mientras que los manifestantes gritaban “¡El Poder Judicial no va a caer!”.
La irrupción de los manifestantes puso en evidencia las fallas en los protocolos de seguridad y reveló la tensión que rodea a esta reforma, clave para el futuro del sistema judicial mexicano.
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