La primera vez que Paola Ramones apareció en una película, apenas tenía año y medio de edad. Aparece unos instantes en “Santos peregrinos”, la primera película de su padre Adal Ramones, quien estaba en los cuernos de la luna con el programa “Otro rollo”.
Si es cierta la premisa de que infancia es destino, ese momento la marcó indudablemente. Las pruebas sobran.
Este año, luego de haber dirigido 10 cortometrajes, rodó el largo documental Aventados, que es su ópera prima tras la cámara y, apenas el pasado fin de semana acabó su primer protagónico cinematográfico con la comedia Buenas para nada.
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El mes próximo llegará a cines interpretando al personaje de Mercedes Melgar, la hermana del cadete Agustín Melgar, uno de los llamados Niños Héroes de Chapultepec, en el filme “Héroes”.
Así que, a los 22 años, Paola está marcando su propio camino.
“A veces a uno como padre, le salen las cosas bien”, dice orgulloso y sin perder su buen humor su papá Adal Ramones, durante un receso precisamente de Buenas para nada, en el que el conductor tendrá un cameo.
En la comedia Buenas para nada se disfraza de Jackie Onassis; junto a ella Andrea Morrón, quien luce como Lady Gaga, y Maria Islas, que aparece como Lady Diana.
Es ahí donde Paola atiende a EL UNIVERSAL. Acaba de filmar una secuencia en que, disfrazada como Jackie Onassis, junto con dos amigas caracterizadas como Lady Di (María Islas) y Lady Gaga (Andrea Morrón) planean un secuestro que, para desfortuna de ellas, les sale bien.
“Antes sí era cosa de que no quería que nadie me relacionara con él (Adal), pero soy su hija, es imposible, y estoy agradecida de serlo, de tener sus genes”, dice Paola convencida.
“Cuando juzga, cuando me da retroalimentación, es a la persona que más escucho, pero también aprendí ya a soltar: si le gusta, bien, si no, también a la ching… (risas) Si a mí me gustó, es lo mejor. Pero lo tuve que trabajar porque él sabe mucho”, añade.
Desde pequeña se interesó por lo que pasaba detrás de cámaras. Preguntaba de todo y como esponja lo fue sumando. Hace dos años se mudó a Los Ángeles para estudiar dirección de cine y los frutos ya se están dando: ha dirigido comerciales y cortos propios, los cuales han estado en festivales como el Dumbo Festival de Nueva York y el Shorts México.
“Cuando uno se atreve a salir de la zona de confort, hay recompensa”, dice, “yo quiero estar detrás de la cámara, es lo que me gusta, pero siento también que estar frente a ella me ayudará a ser mejor con los actores”.
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Aventados, documental que filmó entre enero y febrero pasados, ya está buscando acomodo en algunas plataformas.
“Los cortos fueron cosa de prueba y error; aqui para el documental es de historias de mexicanos que inspiran, que no necesariamente el éxito está en el dinero, en tener fama, sino en gente normal, cotidiana, que tiene cosas maravillosas que a veces no vemos, por eso se llama Aventados”, explica.
Como actriz
Durante sólo siete días y bajo la dirección de Juan Carlos Carrasco, el mismo que le dio la oportunidad actoral hace 20 años, Paola rodó Buenas para nada, una película basada en la obra teatral Barbie Girls, de Mario Cantú.
Es la historia de tres amigas a las que nada le sale bien, hasta el día que deciden capturar a un hombre. “Se trata de un trío de amigas que la caga, hacen pendejadas y llega el momento en que hacen algo grande. Soy la más santa, entre comillas, de todas; aquí nadie es inocente, pero sí es como las más correcta o mosquita muerta”.
Buenas para nada es una producción independiente, cosa contraria a Héroes, donde forma parte de la familia de uno de los cadetes muertos en Chapultepec.