Como escribió Caroline Bain, economista principal de materias primas en la empresa Capital Economics, el 16 de febrero: “Mucho dependerá de si Occidente impone sanciones a las compañías de energía rusas y/o si Rusia decide negarle a Occidente el suministro de energía”. Bain señaló que, en el peor de los casos, “los precios del gas y del petróleo fácilmente podrían aumentar al doble de manera temporal y el impacto en los precios del gas podría ser más perdurable”.
Dicho esto, Capital Economics y muchos otros analistas consideran que esa perspectiva tan preocupante es poco probable. Incluso si los precios de los energéticos siguen aumentando —en gran medida por la especulación en los mercados financieros—, es posible que, con base en la ley de la oferta y la demanda, desciendan con rapidez, explicó Edward L. Morse, director de investigación de materias primas a nivel global en Citigroup y exsecretario de Estado adjunto de política energética internacional.
Morse señaló que era poco probable que hubiese un “trastorno significativo y duradero en el suministro del petróleo o de gas natural rusos”, sobre todo porque ni a Rusia, ni a los consumidores europeos ni a Estados Unidos les conviene interrumpir el flujo de las exportaciones rusas.
Morse prevé un descenso en los precios del petróleo para fines de este año a menos de 65 dólares por barril y anticipa un suministro adicional que tal vez provenga de Irak, Venezuela, Estados Unidos, Canadá y Brasil. Además, con un acuerdo diplomático entre Estados Unidos e Irán, podrían añadirse más de un millón de barriles diarios.
Si la Reserva Federal y otros bancos centrales siguen adelante y endurecen la política monetaria para contener la inflación, la economía se desacelerará y disminuirá la demanda de energía. Lo anterior impulsaría aún más la reducción de los precios de los energéticos, explicó Morse.
Hay que proteger las apuestas
El daño económico provocado por este conflicto podría escalar de maneras inesperadas. “Por supuesto que el mayor peligro son las consecuencias indeseadas que veremos”, comentó Morse.
Según la Administración de Información Energética de Estados Unidos, Rusia no es solo una potencia en la producción de energía, sector en el que ocupa el tercer lugar en petróleo (detrás de Estados Unidos y Arabia Saudita) y el segundo lugar en gas natural (detrás de Estados Unidos).