Entre las avenidas Segunda y Tercera de Nueva York se encuentra el Serendipity III, un restaurante de moda en la ciudad que nunca duerme con cierta afición por acumular títulos Guinness y que acaba de sumar uno hace solo unos días: el de las patatas fritas más caras del mundo. A simple vista, no hay más que ver las imágenes, tienen buena pinta, pero ¿qué las hacen tan especiales?
Así lucen The Creme de la Creme Pommes Frites, las patatas más caras del mundo. (Foto: REUTERS/Eduardo Munoz)
Se llaman The Creme de la Creme Pommes Frites, obtuvieron su reconocimiento el 13 de julio y fueron una forma, por todo lo alto, que los propietarios del negocio idearon para la reapertura el pasado 9 de julio después de mucho tiempos cerrados por la pandemia del coronavirus. Según han recogido en Yahoo en Estados Unidos, la clave de su precio, de 200 dólares (169,7 euros) la ración, está en sus ingredientes y en la elaboración.
Lo principal son, claro, las patatas, de la variedad Chipperbec. Primero se blanquean o escaldan en vinagre y champán. Después se fríen, dos veces, en grasa pura de oca. Nada de aceite de oliva virgen extra o de cacahuete (muy común en Estados Unidos). Al pasarles dos veces por la operación de freír se consigue que queden crujientes en el exterior y esponjosas en el interior.
Hecho esto, vienen los añadidos. Se las espolvorea con oro comestible de 23 quilates y se las sazona con sal de trufa y aceite de trufa. Como explica el chef ejecutivo corporativo Frederick Schoen-Kiewert, “la trufa es la estrella principal aquí”. Luego está el acompañamiento. Ni ketchup ni mayonesa, por supuesto. La salsa también lleva trufas. Y coronando el plato, más trufas (en rodajas finas), queso Mornay y una orquídea de cristal.
Dice el director creativo y chef Joe Calderone que “Serendipity es realmente un lugar feliz; la gente viene aquí para celebrar, a veces para escapar realmente de la realidad de la vida”. El restaurante, fundado por Stephen Bruce en 1954, puede que suene a los cinéfilos, ya que apareció en una escena de una película protagonizada por John Cusack y Kate Beckinsale en 2001 llamada, precisamente, Serendipity.
Además de incluir en su carta desde hace solo unos días las patatas más caras del mundo, también cuentan con la hamburguesa más cara del mundo (295 dólares/250,3 euros) y el helado más caro del mundo (1000 dólares/848,5 euros). Sumando, la velada completa, sin contar la bebida y las propinas, sale a 1495 dólares (1268,5 euros).