Ciudad de México— Luego del enorme desafío que fue desarrollar las vacunas contra el SARS-CoV-2 en el menor tiempo posible, el mundo ahora enfrenta la problemática posibilidad de que algunas variantes del virus sean capaces de escapar de la inmunidad que tales instrumentos inducen.
De ahí que no sólo se esté estudiando si varias de las vacunas actualmente administradas alrededor del mundo son eficaces contra las denominadas variantes de interés y de preocupación, sino que aquellas aún en desarrollo y casi listas para comenzar a inmunizar masivamente valoran sus posibilidades para encarar a las escurridizas mutaciones.
Tal es el caso de NVX-CoV2373, la vacuna de la empresa de biotecnología Novavax Inc, cuya plataforma se basa en la generación de proteínas recombinantes a través del sistema de baculovirus -patógenos que infectan a insectos y que se utilizan como vectores para la producción de proteínas- y la expresión en cultivos de células SF9.
En entrevista con Grupo REFORMA, Germán Áñez, del Departamento de Desarrollo Clínico de Novavax, explica que se usa un vector viral que contiene la secuencia de la proteína Spike (S) del SARS-CoV-2, en la que se basan prácticamente todas las vacunas que hay en el mercado, pero en lugar de administrarlo directamente a las personas generan la infección en el cultivo de células SF9.
“Esta proteína S se comienza a producir en esas células después de esa infección con el vector. Luego de eso, se recoge la proteína, se purifica y se le añade el segundo componente que es tan importante como el antígeno: el adyuvante”, cuenta el médico y virólogo sobre Matrix-M sobre el adyuvante patentado por Novavax que se obtiene del tronco del árbol chileno Quillay y que está basado en saponinas.
“Son unos compuestos que estimulan al sistema inmune y básicamente lo ayudan a ver, a reconocer y a reaccionar más eficientemente al antígeno que le hemos puesto (a la vacuna), que es esta proteína S recombinante”, remarca, “entonces nuestra vacuna es una proteína recombinante adyuvantada con Matrix-M”.
De forma que, continúa, en vez de esperar a que el cuerpo procese la molécula que le es administrada con la vacuna y comience a producir por sí mismo la proteína S -lo cual detona la respuesta inmune-, ésta le es dada directamente para que ya sólo genere los anticuerpos y la respuesta celular correspondientes.
Esto adicionado -cual “salsa secreta”, ilustra Áñez- con la capacidad del adyuvante de generar una inmunidad más duradera; una respuesta más amplia, que es, en parte, por lo que esta empresa considera tener un producto capaz de hacer frente a las variantes.
“Tenemos un antígeno basado en la secuencia del virus original de Wuhan, pero como tenemos un adyuvante, el Matrix-M, creemos que eso ayuda a que el cuerpo vea otras partes del virus que posiblemente no ve con alguna de las otras tecnologías (vacunales)”, estima el médico.
Algunos de los ensayos clínicos realizados ya han arrojado resultados favorables en términos de eficacia contra variantes de preocupación importantes.
Uno de ellos, enlista Áñez, fue un ensayo fase 2b conducido en Sudáfrica, donde lograron demostrar una modesta eficacia del 48.6 por ciento contra la variante local B.1.351, ahora conocida como Beta.
Por otro lado, un ensayo pivotal fase 3 en el Reino Unido consiguió demostrar una eficacia del 86.3 por ciento contra la variante inglesa B.1.1.7, renombrada como Alfa, una de las de mayor prevalencia en México durante los últimos meses, de acuerdo con datos del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (REFORMA 30/06/2021).
El más reciente ensayo, denominado PREVENT-19 (siglas en inglés para “Ensayo de eficacia de la vacuna de subunidad de proteína de prefusión”), se llevó a cabo en 113 sitios de Estados Unidos y 6 de México, con un total de 29 mil 960 participantes -alrededor de mil 800 mexicanos entre ellos-.
“Nuestro estudio PREVENT-19 demuestra en los EU y en México, con población local y con la realidad de la epidemiología molecular del virus que circula ahora mismo desde diciembre hasta abril -que fue cuando hicimos el conteo de casos-, una eficacia global mayor del 90 por ciento; 90.4 por ciento, específicamente”, celebra Áñez, colíder de este ensayo y líder del equipo clínico de Novavax para el desarrollo de la vacuna para México.
En total, observaron 77 casos positivos entre los participantes, de los cuales obtuvieron las secuencias de 54, con lo que consiguieron una idea clara de las variantes predominantes en estos territorios durante el tiempo del estudio. Particularmente, Alfa fue la variante de mayor prevalencia al estar presente en 28 de las 54 secuencias.
“Con la realidad de las variantes, con lo que circuló en este periodo en que recolectamos los datos en EU y México, logramos demostrar que la mayor parte del virus que circuló y que pudimos secuenciar forma parte de variantes de preocupación y variantes de interés. Contra estas variantes la eficacia fue mayor al 93 por ciento”, subraya el virólogo.
Todo esto, más una protección del 100 por ciento contra enfermedad moderada y grave, daría cuenta de la eficacia, seguridad e inmunogenicidad de una vacuna que tiene como precedente dos candidatos vacunales que Novavax elaboró durante las anteriores epidemias de coronavirus ocasionadas por el SARS-CoV-1, en 2002, y posteriormente por el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS).
“No se prosiguió con el desarrollo (de esas vacunas) porque las condiciones epidemiológicas cambiaron; es decir, para demostrar eficacia necesitas que haya circulación del virus.
“Entonces, esos proyectos se pusieron en el congelador porque no hubo cómo establecer eficacia. Pero fíjate que sí sirvieron para algo, no fue un trabajo perdido”, destaca Áñez con resultados de un nuevo esfuerzo vacunal que hablan por sí mismos.
La vacuna NVX-CoV2373 se perfila favorablemente en contra de variantes de preocupación, aun cuando está elaborada a partir de la primera secuencia genética del SARS-CoV-2. Pero la necesidad de ir detrás de ciertos linajes específicos parece cada vez más urgente.
Afortunadamente, detalla el virólogo Germán Áñez, el sistema de baculovirus es bastante óptimo y rápido para hacer este tipo de adaptaciones; “básicamente tú sólo cambias la secuencia del virus que se vuelve ahora tu blanco, tu target”, remarca.
“Agarras al vector, tomas la secuencia del virus que quieres que sea tu target y la colocas ahí; la pones en la célula (SF9); las células comienzan a producir las proteínas recombinantes, y ya está”, expone, “es una tecnología que es muy dada a generar rápidamente otras vacunas”.
De forma que, ante las variantes que han surgido como parte del proceso evolutivo del actual coronavirus, Novavax puede simplemente tomar estos vectores virales y ponerles la secuencia del linaje contra el que se quiera inmunizar.
“Rápidamente podemos generar estos candidatos a vacuna con secuencias de las variantes”, recalca el virólogo.
Y esto es algo que, de hecho, ya han comenzado a hacer al igual que algunas otras compañías.
“Tan pronto se reconoció el incremento significativo en la circulación de variantes virales, nuestra compañía comenzó con un proyecto de generar vacuna candidata conteniendo el genoma de varias de estas variantes, valga la redundancia. Ya tenemos incluso información preclínica.
“Estamos a la expectativa de comenzar en las próximas semanas estudios clínicos que determinen cuál va a ser la necesidad de incluir una de estas variantes como parte de una versión posterior de la vacuna, o generar otra vacuna que nosotros demos como refuerzo”, apunta.
Este es uno de los puntos claves que esta vacuna pudiera representar, prosigue Áñez: que sin importar qué vacuna hayan recibido las personas en el mundo, Novavax podría posicionarse estratégicamente como el refuerzo de elección.
“Por contener este adyuvante e incluso potencialmente por incluir la secuencia de alguna de las otras variantes podríamos tener esa posición de privilegio.
“Entonces, no solamente nos queremos posicionar y estamos trabajando en función de generar el registro de la vacuna en la mayor cantidad de países posibles para que éstos cuenten con la vacuna para efectos de vacunación primaria, sino que también queremos posicionarnos como el booster, el refuerzo de elección”, sostiene.
El médico incluso refiere que el Gobierno de Reino Unido ya está llevando a cabo estudios para conocer cuál es el valor de las diferentes vacunas cuando se dan como un refuerzo en población que ha recibido alguno de los múltiples biológicos que los sistemas nacionales de salud administraron.
“Ya está sucediendo: la vacuna de Novavax se le está dando a personas en el RU que han recibido alguna otra vacuna, y se está valorando cuál es entonces la respuesta inmune que esas personas tienen cuando reciben la vacuna de Novavax como un refuerzo o booster”.
Los buenos resultados obtenidos en el último ensayo clínico, que tuvo un gran énfasis en el reclutamiento de población representativa y grupos demográficos más afectados por el Covid-19, parecen hacer de esta vacuna una gran opción, sí para el mundo, pero en especial para México.
“México es un lugar al que nosotros teníamos mucho interés por ir porque queríamos demostrar en la población mexicana que nuestra vacuna era eficaz y segura.
“México sería un potencial lugar donde nosotros queremos ir (a inmunizar masivamente), y ya tenemos información en participantes mexicanos de cuál es ese perfil de seguridad y ese perfil de eficacia”, señala Germán Áñez, del Departamento de Desarrollo Clínico de Novavax.
¿Hay ya una negociación para que México, tras haber acogido parte de este ensayo clínico, sea de los primeros países en recibir lotes de su vacuna?
Esa es una pregunta más para mis colegas de la parte comercial. Pero sí te podría comentar que México, al formar parte del esfuerzo global Covax Facility, que brinda un portafolio de vacunas a varios países, estoy seguro que a través de este mecanismo México podría obtener dosis de Novavax.
Tengo conocimiento de que nuestra compañía ha puesto la mayor parte de la producción total de este año, y creo que hasta del año próximo, para beneficiar a esta estructura de Covax Facility.
Tan sólo en los últimos meses, comparte Áñez, Novavax ha estado produciendo alrededor de 100 millones de dosis al mes. Y el objetivo de la compañía es incrementar la cifra a aproximadamente 150 millones de dosis para los últimos tres meses del año.
Una apuesta fuerte, acaso un voto de confianza para su producto, manufacturado por millones no sólo antes de contar con la aprobación de alguna agencia regulatoria, sino incluso antes de haber demostrado seguridad y eficacia en un grupo amplio.
“Es un riesgo. Se comenzaron a producir vacunas antes de tener los resultados de eficacia o seguridad en las manos; pudo suceder que los resultados fuesen muy malos y se pierde la inversión. Pero no sucedió así”.
“Yo considero que nuestra compañía no solamente tiene un producto que es tecnológicamente, científicamente y médicamente hablando un producto maravilloso, sino que queremos asegurarnos que esta vacuna sea usada para beneficio del público. Es decir, que sea un instrumento de salud pública que nos ayude a contener la pandemia”, expresa el virólogo, para quien aún resulta un escenario muy complicado el que el número total de vacunados actualmente no supere el 6 por ciento de la población global.
Lo siguiente para Novavax y su vacuna de doble dosis administrada con 21 días de diferencia, premezclada y estable en condiciones estándar de refrigeración -entre 2 y 8 grados centígrados- será completar el proceso regulatorio de sometimiento de los diferentes dossier en las agencias de cada país en el tercer cuarto de este año, dice Áñez.
“Nuestra producción ha comenzado hace meses, y sólo estamos esperando las aprobaciones regulatorias respectivas para comenzar a mandar el producto a los diferentes países”, concluye.
Protege vitamina D contra Covid
La deficiencia de la vitamina D parece ser factor de riesgo para desarrollar un cuadro severo de Covid-19 o incluso fallecer.
Así lo concluyó la doctora Mardia López Alarcón en su participación en el simposio virtual “Funciones no clásicas de la vitamina D en diferentes escenarios clínicos”, realizado por la Academia Nacional de Medicina de México el pasado 23 de junio.
La titular de la Unidad de Investigación Médica en Nutrición del IMSS repasó una serie de estudios observacionales, poblacionales y clínicos realizados alrededor del mundo, cuyas conclusiones giraron en torno a que pacientes con la enfermedad más leve contaban con un estado de suficiencia de vitamina D, o que países con políticas de suplementación de esta vitamina registran tasas más bajas de mortalidad.
“Sí existe una asociación entre la vitamina D y la gravedad o mortalidad por Covid-19”, expresó.
“La deficiencia de vitamina D es un factor de riesgo para adquirir, evolucionar a la forma grave o morir por Covid-19”.
Asimismo, López Alarcón presentó los resultados preliminares del ensayo clínico controlado “Suplementación con vitamina D para la prevención de Covid-19 en trabajadores de la salud”, llevado a cabo por el Centro Médico Nacional Siglo XXI de manera multicéntrica con varios de sus hospitales, más el Hospital Infantil de México.
Un estudio que reclutó 92 pacientes para el grupo de intervención, y 98 en el grupo de placebo, en el cual la incidencia de Covid-19 fue significativamente mayor. De hecho, mientras más aumentó la vitamina D, menor fue la probabilidad de dar positivo para esta enfermedad.
“La suplementación con 4 mil unidades diarias de vitamina D previene la adquisición de Covid-19 en trabajadores de la salud con alto nivel a exposición del virus. Esta protección parece ser más eficiente en individuos con deficiencia de la vitamina, y depende directamente del incremento de las concentraciones séricas de 25 hidroxivitamina D”, concluyó la especialista.
De acuerdo con el doctor en ciencias Andreu Comas García, un tercio de la población mundial tiene niveles deficientes de vitamina D a causa del estilo de vida, sin que México sea la excepción.
Se trata de una hormona liposoluble que comúnmente se sintetiza a partir de la exposición a los rayos ultravioleta del sol, o se absorbe de fuentes animales y vegetales -pescados azules, huevo, hígado, lácteos, algunos hongos-.
Aun cuando no se pueda llevar a cabo una prueba que demuestre esta deficiencia, Comas García apunta que la suplementación se puede dar sin generar mayor problema.
“Lograr un daño por una suplementación de vitamina D sí es bastante complicado; es una de las vitaminas más nobles y que tiene muchas funciones para modular el sistema inmune”, dijo vía telefónica acerca de una vitamina que disminuye la producción de citocinas inflamatorias y aumenta la de las antiinflamatorias, además de influir en la unión entre el SARS-CoV-2 y la enzima convertidora de angiotensina-2 (ACE2), receptor del virus.