La polémica fórmula de Trump: ¿Realmente equilibra el comercio o es un tiro al aire?

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El controvertido método detrás de los nuevos aranceles

La administración Trump ha desatado polémica con su peculiar fórmula para calcular los nuevos aranceles comerciales. Lejos de ser un simple “ojo por ojo” como prometió el presidente, el método utilizado parece más un cálculo arbitrario que una respuesta proporcional a las políticas de otros países.

Matemáticas cuestionables

El sistema es sorprendentemente simple: toman el déficit comercial de un país con EE.UU., lo dividen por sus exportaciones al país y multiplican por la mitad. El resultado: tasas que poco tienen que ver con los aranceles reales que aplican otras naciones.

“No se usaron los aranceles reales en el cálculo”, reveló Mike O’Rourke de Jones Trading. La administración parece estar enfocándose específicamente en países con grandes superávits comerciales con Estados Unidos.

La realidad vs. la retórica

Mientras Trump repite su lema “Nos cobran, les cobramos”, expertos señalan que muchos de los problemas mencionados por la Casa Blanca ni siquiera están relacionados con aranceles. Sarah Bianchi de Evercore ISI lo explica claramente: “Las preocupaciones de la administración van más allá de simples tasas de importación”.

Barreras no arancelarias: ¿excusa o razón?

La administración justifica tasas exorbitantes (como el 46% para Vietnam, cuando su arancel real es 9.4%) citando “barreras no comerciales”. Estas incluyen:

  • Cuotas de importación
  • Leyes antidumping
  • Subsidios estatales
  • Medidas sanitarias restrictivas

Sin embargo, como señala Joe Brusuelas de RSM: “La fórmula de la Casa Blanca no tiene relación con estas barreras no arancelarias”.

¿Realmente importan los déficits?

La obsesión con los déficits comerciales podría ser un falso problema. John Dove de la Universidad de Troy lo ilustra perfectamente: “Cuando compro comida, tengo un déficit con el supermercado, pero eso no me perjudica”.

Estados Unidos importa $230 mil millones más de lo que exporta a la UE y casi $300 mil millones más a China. Pero como explica Dove, esto simplemente refleja el consumo interno, no necesariamente un problema económico.

Un juego peligroso

El mayor riesgo de esta política podría ser una guerra comercial global. “Si el 25% de la economía mundial (EE.UU.) compite contra el 75% restante, ya sabemos quién perderá”, advierte Dove.

Mientras tanto, Vietnam ya calificó los nuevos aranceles como “injustos”, señalando que contradicen los acuerdos de la OMC. ¿Estará Estados Unidos preparado para las consecuencias de esta arriesgada apuesta?

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