Jerécuaro y Acámbaro, dos ciudades de Guanajuato, fueron sacudidas por una ola de violencia esta semana. Coches bomba estallaron en ambas localidades, dejando un saldo preliminar de tres policías heridos. Según las autoridades, estos ataques son el resultado de la feroz disputa entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y el Cártel de Santa Rosa de Lima por el control de la región.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, reveló que los ataques fueron precedidos de amenazas del crimen organizado. Parece que los grupos delictivos respondieron a recientes operativos policiales en los que se incautaron vehículos y equipo táctico. “No se puede catalogar como terrorismo”, afirmó la presidenta Claudia Sheinbaum, quien se prepara para abordar este tema en una conferencia la próxima semana.
Analistas como David Saucedo señalan que los explosivos son el “sello de la casa” del Cártel de Santa Rosa de Lima, mientras que otros expertos apuntan al CJNG como posible responsable. La disputa entre estas organizaciones ha convertido a Guanajuato en el estado más violento de México, con 1.863 carpetas de investigación por homicidios dolosos abiertas hasta finales de septiembre.
Ante esta escalada de violencia, la gobernadora Libia García Muñoz se ha reunido con las autoridades de seguridad para analizar la situación. La Fiscalía General de la República (FGR) ha asumido el caso y trabaja en la investigación de los ataques. Mientras tanto, la presidenta Sheinbaum se prepara para explicar por qué estos hechos no deben ser considerados actos terroristas.
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