En un giro dramático de los acontecimientos, Israel se enfrenta a una ola de condenas internacionales después de que sus fuerzas atacaran por segundo día consecutivo a los cascos azules de la ONU desplegados en Líbano. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, calificó estos ataques como “una violación del derecho humanitario internacional”.
Los incidentes se produjeron cuando dos cascos azules srilankeses resultaron heridos cerca de la frontera con Israel, después de que dos efectivos indonesios resultaran heridos el jueves en un ataque que generó una fuerte reacción de la comunidad internacional. La Fuerza Interina de las Naciones Unidas en Líbano (Finul) afirmó que estas acciones “suponen un riesgo muy grande para las fuerzas de paz”.
El Ejército israelí abrió una investigación “en profundidad” y aseguró que disparó hacia una “amenaza”, cerca de la posición de las fuerzas de la ONU. Sin embargo, Líbano también reportó la muerte de dos de sus soldados en bombardeos israelíes en el sur del país.
Estos ataques se producen en medio de una escalada de tensiones entre Israel y la milicia libanesa Hezbolá, afín a Irán. Israel ha intensificado su campaña militar contra este grupo, calificado como organización terrorista por la Unión Europea, y ha realizado incursiones terrestres en Líbano en las últimas semanas.
La comunidad internacional ha reaccionado con indignación ante estos hechos. La Casa Blanca expresó su “profunda preocupación”, mientras que Italia llegó a mencionar la posibilidad de catalogar los incidentes como “crímenes de guerra”. Francia también convocó al embajador de Israel para abordar esta delicada situación.
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