Más allá de las frías estadísticas, la guerra entre Israel y Hamás ha dejado un rastro de devastación humana. Familias destrozadas, sueños truncados y un futuro incierto para miles de palestinos y israelíes.
Fatma Edaama, residente de Gaza, describe su vida como “humillante y vergonzosa”. Tras meses de violencia, sueña con despertar y ver la Gaza que una vez conoció: “hermosa y llena de vida”. Con determinación, afirma: “La reconstruiremos y le devolveremos la vida”.
Para Ashraf al Attar, enfermero en Jan Yunis, la guerra lo ha cambiado todo. En un ataque israelí, perdió a su esposa y a sus seis hijos en cuestión de segundos. “Eran regalos de Dios”, recuerda con dolor. Ahora, Ashraf lucha por mantener la fe en medio de esta tragedia.
Más de 40.000 palestinos han muerto desde el inicio del conflicto. En Cisjordania, 693 han perecido, la mayoría a manos de las fuerzas israelíes. Mientras tanto, en Israel, el atentado del 7 de octubre cobró la vida de más de 1.200 personas.
La guerra ha desplazado al 90% de la población de Gaza, que ahora vive hacinada en áreas designadas como “seguras”. Njud Abu Kalub y sus cuatro hijos han tenido que mudarse 11 veces, huyendo del peligro y las enfermedades. “No tendremos a dónde regresar cuando termine esta guerra”, lamenta.
Los escombros acumulados, más de 40 millones de toneladas, son una amenaza mortal. Asil, que perdió a su hermano, teme por la salud de sus padres, que no han podido recibir tratamiento médico.
Estas historias desgarradoras revelan el verdadero costo humano de este conflicto. Mientras los esfuerzos diplomáticos fracasan, la violencia se extiende, dejando un legado de sufrimiento que tardará años en sanar.
¿Quieres conocer más historias de primera mano sobre este conflicto? Visita N24, tu fuente de noticias confiable y comprometida con la verdad.
