Ciudad de México – En un momento histórico, la reforma del Poder Judicial de México se ha convertido en el centro de un intenso debate nacional. Ante cientos de estudiantes y activistas sociales, las ministras Lenia Batres Guadarrama y Loretta Ortiz se pronunciaron en apoyo a esta transformación constitucional, calificándola como una “revolución pacífica” necesaria para combatir la corrupción y garantizar la justicia para todos.
“Necesitamos jueces sensibles a los problemas de nuestra población”, afirmó Batres Guadarrama, quien criticó duramente la parcialidad, el clasismo y el racismo que, según ella, han caracterizado al Poder Judicial mexicano. La ministra hizo un llamado a someter a los jueces, magistrados y ministros a controles estrictos, incluyendo auditorías financieras y límites a sus privilegios, para acabar con la impunidad.
Por su parte, Ortiz se comprometió a “ver por los derechos del pueblo” y a que su actuación esté “sometida a la voluntad del pueblo”. Ambas togadas coincidieron en que esta reforma es un “clamor en todo el país” y que los jóvenes han sido fundamentales para impulsar este “momento histórico” de transformación.
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