México está dando un paso firme hacia un futuro energético más limpio e innovador, con la integración del hidrógeno verde como pieza clave en su estrategia de generación eléctrica. Este combustible, producido a partir de fuentes renovables como la solar y la eólica, se perfila como una solución viable para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Programa de Desarrollo del Sector Eléctrico Nacional 2024-2038 de la Secretaría de Energía contempla proyectos que permitirán mezclar hidrógeno verde con gas natural en centrales de ciclo combinado, un proceso conocido como “blending”. Esto promete descarbonizar la generación eléctrica en México, donde actualmente el 70% de la electricidad proviene del gas natural.
Además, el plan incluye la conversión de 5,789 MW de capacidad instalada a una mezcla de 75% gas natural y 25% hidrógeno, así como la adición de 1,829 MW en nuevas centrales con esta misma proporción. Este enfoque no solo contribuye a la sostenibilidad, sino que también protege al país de la volatilidad de los precios internacionales del gas natural al reducir las importaciones.
Para implementar esta transición, México aprovechará su red de gasoductos existente en regiones con alto potencial de generación renovable, como Sonora, Sinaloa, Tamaulipas, el Istmo de Tehuantepec y la península de Yucatán. Asimismo, la Sener planea incorporar bancos de baterías distribuidos para garantizar la confiabilidad del sistema eléctrico nacional.
Más allá del sector eléctrico, el hidrógeno verde tiene aplicaciones en industrias como la petroquímica, acerera, cementera y minera. También se está explorando su uso en el transporte marítimo, aéreo y terrestre, además de la producción de amoniaco y metanol verdes, indispensables para la transición energética global.
La integración del hidrógeno verde en la matriz energética mexicana es un avance tecnológico y una oportunidad ambiental que posiciona al país como uno de los protagonistas a nivel mundial de esta revolución energética. Si México logra avanzar en la producción y utilización del hidrógeno verde, no solo reducirá sus emisiones, sino que también fortalecerá su soberanía energética, demostrando que el futuro de la energía es tan limpio como innovador.
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