Tras las polémicas declaraciones del embajador estadounidense en México, Ken Salazar, sobre la estrategia de seguridad del gobierno mexicano, el Departamento de Estado de EE.UU. ha salido en su defensa, afirmando que “hay trabajo por hacer” en la cooperación bilateral.
En una rueda de prensa, el portavoz del Departamento de Estado, Vedant Patel, respaldó a Salazar, señalando que la colaboración en materia de seguridad sigue siendo una prioridad para Washington. Sin embargo, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha cuestionado la coherencia de las declaraciones del embajador, recordando que “un día dice una cosa y al otro día dice otra”.
Sheinbaum recalcó que México es un país “libre, independiente y soberano”, y que la coordinación entre ambos países se basa en una relación de igualdad, sin subordinación. Además, destacó que comparten “cultura, economía, comercio y también problemas” que deben resolver de manera conjunta.
Las tensiones entre los gobiernos de México y Estados Unidos parecen evidenciar la complejidad de la relación bilateral, donde la cooperación en materia de seguridad se enfrenta a desafíos y diferencias de perspectiva. Sin embargo, ambas partes han reafirmado su compromiso de trabajar juntas para garantizar la seguridad de las comunidades a ambos lados de la frontera.
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