En una sesión clave, el Senado de México ha dado luz verde a una reforma constitucional que transfiere el control de la Guardia Nacional a la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena). Esta controvertida decisión, aprobada con 86 votos a favor y 42 en contra, ha sido calificada por la oposición como un paso hacia la “militarización” del país.
La reforma, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, busca consolidar el papel de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública. Según los defensores de la medida, esto permitirá una mejor coordinación y eficacia en la lucha contra la delincuencia organizada. Sin embargo, los críticos argumentan que esto socava los principios democráticos y pone en riesgo los derechos civiles.
“Esta reforma es un capricho del Presidente que ya se va y es una burla y engaño a los mexicanos”, afirmó la senadora Susana Zatarain del PAN, quien presentó una moción suspensiva que fue rechazada por la mayoría oficialista.
Por su parte, la senadora Citlalli Hernández de Morena aseguró que la reforma no vulnera ni limita derechos fundamentales, y que van por el camino correcto para lograr la pacificación del país.
El debate sobre la militarización de la seguridad pública en México continúa siendo un tema polémico y divisivo. Mientras unos ven en esta medida una solución a la crisis de violencia, otros temen que pueda profundizar la erosión del Estado de Derecho.
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