El Gran Premio de Mónaco de 2023 pasará a la historia como el peor fin de semana de Sergio ‘Checo’ Pérez en su trayectoria en Red Bull y tal vez el más desafortunado de su carrera en la F1.
Haber arrancado en el lugar 20; terminar en la posición 16; ser lapeado dos veces por su coequipero Max Verstappen, quien de paso ganó la carrera; dos contactos con otros autos y múltiples toques con los muros, además de cada mala decisión posible fueron la fórmula perfecta para un GP desastroso para el mexicano.
El viernes no estaba en la mejor posición en las prácticas, pero el sábado cometió un raro y demoledor error en la primera parte de la calificación. En el momento en que Checo Pérez pegó contra la barrera en la Q1, al pasar frente a la salida de los pits se sentenció su destino en el Principado, una pista donde rebasar es un más un milagro que un acto de fe.
Checo Pérez tras terminar el Gran Premio de Mónaco 2023. EPA
Ganador en 2022 en una carrera de conducción memorable, paradójicamente en 2023 Checo Pérez vio sucederse uno tras otro errores, malas decisiones y mala fortuna en las 76 vueltas que pudo dar al circuito callejero.
Arrancar con llantas medias y pasar por los pits para poner duras e intentar llevarlas hasta la meta era la estrategia correcta. Checo Pérez ejecutó una vuelta de mucha precaución, pero luego el tráfico jugó su rol de protagonista en Mónaco.
La primera vez que Verstappen lo lapeó, Checo Pérez aprovechó para intentar el movimiento sobre Lance Stroll, pero cortó la chicana a la salida del túnel y debía devolver la posición al canadiense de Aston Martin.
Antes de regresar el lugar a Stroll, porque ya lo tenía programado con su ingeniero Hugh Bird, Pérez se topó con una frenada intempestiva de Kevin Magnussen, quien perdió la parte trasera de su Haas. Ahí, Checo chocó con él y perdió parte de la nariz de su Red Bull.
Adiós, neumáticos duros, entrada obligada a pits y de ahí en adelante la esperanza de una remontada que lo metiera en los puntos quedó clausurada.
