Un terremoto en la cúpula iraní
En una operación que cambiará el tablero geopolítico de Medio Oriente, Israel eliminó a tres figuras clave del aparato militar y de seguridad iraní. La llamada “Operación León Ascendente” marca un punto de inflexión en el conflicto entre ambas potencias regionales.
Hossein Salami: el hombre fuerte detrás de la Guardia Revolucionaria
Como comandante del temido Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), Salami era considerado uno de los hombres más poderosos de Irán. Desde 2019, este general de 64 años dirigía la fuerza de élite que actúa como brazo ejecutor del régimen, tanto dentro como fuera del país.
Bajo su mando, el CGRI:
- Lanzó los primeros ataques directos contra Israel en abril y octubre de 2023
- Mantuvo el apoyo a grupos como los hutíes en Yemen
- Supervisó la producción de “misiles especiales” en instalaciones subterráneas
Mohammad Bagheri: el estratega de medio millón de soldados
Como jefe del Estado Mayor desde 2016, Bagheri coordinaba las operaciones de las Fuerzas Armadas iraníes, estimadas en más de 500,000 efectivos. Su perfil combinaba experiencia militar con astucia diplomática, como demostró en su reciente encuentro con el ministro de Defensa saudí.
Ali Shamkhani: el diplomático que tendió puentes con Arabia Saudita
Shamkhani fue clave en el histórico acercamiento entre Teherán y Riad mediado por China. Este exjefe de seguridad nacional (2013-2023) representaba la facción más pragmática del régimen, aunque su ambición lo mantuvo siempre bajo la sombra del Líder Supremo.
¿Qué significa este golpe para Irán?
Analistas coinciden en que la pérdida simultánea de estas tres figuras:
- Debilita la capacidad de respuesta militar iraní
- Deja un vacío en la estructura de mando
- Podría alterar el equilibrio de poder en la región
El régimen de Teherán enfrenta ahora su mayor desafío estratégico en décadas, mientras Israel demuestra una capacidad de inteligencia y operaciones sin precedentes.
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