Bloqueo petrolero de EE.UU. a Venezuela: ¿Operaciones normales o crisis en cámara lenta?

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La tensión navega en aguas venezolanas

Mientras el gobierno de Venezuela asegura que sus exportaciones de crudo fluyen con normalidad, fuentes internacionales pintan un escenario distinto: buques cargados, anclados por miedo, y una amenaza de bloqueo que tensa cada vez más los cables de la geopolítica global. Esta es la realidad que se vive tras el anuncio del presidente estadounidense, Donald Trump, de establecer un “bloqueo total” al petróleo venezolano.

Entre el comunicado oficial y los reportes en alta mar

Petróleos de Venezuela (PDVSA) emitió un comunicado este miércoles afirmando que sus operaciones de exportación se desarrollan con plena normalidad. La empresa estatal garantizó que sus buques navegan con “pleno aseguramiento” y respaldo técnico, ejerciendo lo que describen como derechos protegidos por el Derecho Internacional.

Sin embargo, un reporte contrastante indica que, aunque las operaciones de carga se reanudaron tras un ciberataque, la mayoría de las exportaciones permanecen suspendidas. El temor a incautaciones mantiene a varios buques cargados, inmóviles, en aguas territoriales venezolanas, principalmente aquellos cuyo destino sería China, el mayor comprador del crudo venezolano.

Un pulso con décadas de historia

PDVSA fue más allá en su defensa. La petrolera estatal aseguró que ninguna de las “medidas coercitivas unilaterales” impulsadas por Washington durante años ha logrado “mellar” su capacidad operativa. Ratificaron la seguridad de sus compromisos comerciales y prometieron actuar bajo la constitución venezolana y las leyes marítimas internacionales.

Este pulso no es nuevo, pero la escalada retórica y la amenaza concreta de un bloqueo naval han elevado la apuesta, colocando a la industria petrolera—el corazón económico de Venezuela—en el centro de un conflicto con ramificaciones impredecibles.

El eco político: condenas y advertencias

La reacción dentro de Venezuela ha cruzado, inusualmente, líneas partidistas. El oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) calificó la amenaza de Trump como “inverosímil e irracional”, acusando a Estados Unidos de revelar “sus verdaderas intenciones imperiales” de apoderarse de las riquezas del país.

Por otro lado, Acción Democrática (AD), el principal partido de oposición, también rechazó y condenó la orden. Su presidente, Bernabé Gutiérrez, lanzó una pregunta contundente en redes sociales: “¿Quién carajo es Donald Trump para acorralar a nuestro pueblo y condenarnos a la hambruna?”. Hizo un llamado al presidente Nicolás Maduro para convocar a todos los sectores y coordinar una protesta unificada.

Las voces de la ciencia y la cultura

La comunidad académica y cultural también alzó la voz. El Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de Venezuela denunció que las acciones de Washington, independientemente de su implementación práctica, ya tienen “consecuencias materiales inmediatas”.

Señalaron que aumentan la incertidumbre y obstaculizan la cooperación comercial y científica legítima, dificultando desde hace tiempo la adquisición de medicamentos, equipos médicos e insumos para la producción de alimentos.

En la misma línea, la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad advirtió que el mundo enfrenta “la lógica de un Estado criminal y sin escrúpulos”. Su pronunciamiento más grave fue una advertencia: estas acciones podrían desatar un conflicto bélico en la región, creando un escenario “incontrolable” con consecuencias nefastas para todo el planeta.

La tormenta perfecta entre sanciones, bloqueos y retórica inflamada mantiene al país, y a la región, en un delicado equilibrio. El petróleo, más que un commodity, se ha convertido en el campo de batalla.

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