El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (a la derecha), con el de México, Andrés Manuel López Obrador, en la Casa Blanca en julio de 2022.
La inmigración irregular se ha convertido en el principal dolor de cabeza del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con vistas a su reelección en las presidenciales de noviembre. Por culpa de las presiones de su rival, Donald Trump, Biden no ha logrado sacar adelante una ley con la que reforzar la frontera con México. Consciente de que el cruce masivo de inmigrantes puede castigarle en las urnas, el presidente de Estados Unidos está buscando vías alternativas para frenar el flujo. Biden ha hablado este domingo con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y han acordado tomar medidas para frenar los cruces irregulares, según ha informado la Casa Blanca.
Biden y López Obrador hablaron el domingo, pero ha sido este lunes cuando se ha desvelado la existencia de la conversación. Los dos dirigentes “conversaron sobre cómo manejar de forma efectiva la migración en el hemisferio, fortalecer la eficiencia operativa en la frontera compartida, y así mejorar la seguridad y prosperidad de los ciudadanos de ambos países”, según el comunicado distribuido por la Casa Blanca.
“En el corto plazo, los dos líderes pidieron a sus equipos de seguridad nacional trabajar juntos para implementar de inmediato medidas concretas para reducir significativamente los cruces fronterizos irregulares, protegiendo al mismo tiempo los derechos humanos”, añade la nota, que no detalla de qué tipos de medidas se está hablando.
Aparte de esas medidas a corto plazo, Biden y López Obrador también se comprometieron a impulsar iniciativas para abordar las causas profundas de la migración en todo el hemisferio occidental, señalando que “el aumento de la prosperidad y la seguridad compartidas será de vital importancia para abordar eficazmente el desafío de la migración a largo plazo”.
Por su parte, López Obrador dijo en conferencia de prensa matutina que fue la Casa Blanca la que “pidió la comunicación”. Los mandatarios acordaron “mantener abierta la frontera para que quienes hacen sus trámites legales puedan llegar a Estados Unidos, pero que no haya migración, vamos a decir, irregular”, dijo ante periodistas en el Palacio Nacional en la capital mexicana. “Migración básicamente fue el tema, muy buena relación con el presidente Biden”, añadió el dirigente mexicano.
La ley que negociaron republicanos y demócratas y que torpedeó Trump habría destinado más de 20.000 millones de dólares para dotar de personal y equipamiento a los servicios migratorios y fronterizos. El proyecto incluía fondos para las patrullas fronterizas, los agentes de asilo, los jueces migratorios y los servicios de acogida. Además, incluía una modificación legal que habría permitido a Biden devoluciones en caliente, suspendiendo las normas de asilo al superarse ciertos umbrales en el flujo de entradas.
La legislación permite a los inmigrantes solicitar asilo, independientemente de cómo entren, y llegan en tal cuantía que desborda la capacidad de un sistema de inmigración infrafinanciado. Eso permite en la práctica que los inmigrantes se instalen mientras sus casos se demoran durante años. La ley habría activado la repatriación inmediata de migrantes al superarse los 5.000 cruces ilegales diarios de media en un periodo de cinco días.
Biden ha estado analizando la posibilidad de aprobar un decreto con algunas medidas para dificultar el paso de inmigrantes o facilitar su expulsión. Entre las medidas que ha estudiado el equipo del dirigente figura la de invocar las facultades previstas en la Sección 212(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad, que otorga al presidente un amplio margen de maniobra para bloquear la entrada de determinados inmigrantes si ello fuera “perjudicial” para el interés nacional.
Trump recurrió repetidamente a esa norma durante su mandato, incluida su polémica prohibición de entrada a viajeros procedentes de países de mayoría musulmana, que Biden revocó nada más tomar posesión. El Gobierno de Biden ha analizado si se puede aplicar esa disposición al superarse cierto número de cruces ilegales, en línea con la disposición que incluía la ley propuesta. Pero sin una modificación legal, cualquier decreto contra los cruces fronterizos será probablemente impugnado ante los tribunales.
En México, el presidente López Obrador recordó que la Corte Suprema en EE UU declaró inconstitucional que el Gobierno de Texas haya puesto boyas con alambres de púas en la frontera que lastiman a las personas que buscan cruzar sin documentos. Además, aseguró que de 12.000 migrantes que llegaban en enero a la frontera diariamente, en promedio, ahora llegan la mitad. El mandatario atribuyó dicha caída a los programas de ayuda que México está financiando en países como Venezuela.
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