En una votación histórica, más de 160 países miembros de la Asamblea General de la ONU han dado un paso decisivo para abordar los riesgos de las armas autónomas letales, conocidas como “robots asesinos”. Esta resolución, aprobada el pasado 2 de diciembre, busca establecer un foro de la ONU que analice los desafíos que plantean estas tecnologías, desde el riesgo de una nueva carrera armamentística hasta su impacto negativo en la seguridad global y la estabilidad internacional.
Según la resolución, estas armas operan sin un control humano significativo, tomando decisiones de vida o muerte basadas únicamente en el procesamiento de datos de sensores. Organizaciones como Human Rights Watch han denunciado que varios de los países que se abstuvieron o votaron en contra tienen importantes inversiones en inteligencia artificial y tecnología militar autónoma, lo que podría generar conflictos de interés.
“Estas armas son políticamente inaceptables y moralmente repugnantes”, afirmó el Secretario General de la ONU, António Guterres, quien ha instado a la comunidad internacional a tomar medidas urgentes. El siguiente paso será negociar un tratado internacional que prohíba estas armas y evite un futuro de “asesinatos automatizados”, aunque un grupo reducido de países, encabezado por Estados Unidos, se ha opuesto firmemente a esta iniciativa.
La resolución también contempla la participación de organizaciones internacionales, ONG, la Cruz Roja y la comunidad científica en las discusiones, subrayando la importancia de un enfoque inclusivo para abordar esta problemática global. ¿Serán capaces los líderes mundiales de tomar las medidas necesarias para evitar que los “robots asesinos” se conviertan en una realidad aterradora?
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