¿Qué ocurre si los niños comen mocos? Así afecta a la salud

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Siempre hemos intentado disuadir que los niños se coman los mocos. Diríamos que toda la población se ha comido, literalmente, alguna vez los mocos cuando éramos pequeños. Un hecho, que nos puede provocar asco e inquietud por los probables efectos contradictorios que puedan afectar a la salud. La ingesta del moco se conoce como mucofagia, e incluso está identificado como un trastorno de conducta.

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Según wikipedia, el moco (del latín mucorocus infimus) es una sustancia compleja, viscosa y adherente de origen biológico producida por las células caliciformes del epitelio cilíndrico que cubre la superficie de los órganos expuestos al ambiente externo como método de protección. Se produce en el recto respiratorio, digestivo, reproductor, ocular, nasal, ótico y laríngeo.

¿Cómo afecta comerse el moco a la salud?

Comerse los mocos no afecta a la salud. Así lo recoge una investigación llevada a cabo en 2015 donde se afirma que comerse los mocos puede tener beneficios para los dientes.

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Según este estudio, realizado por Érica Shapiro Frenkel y Katharina Ribbeck, la mucina que compone el moco puede servir como barrera protectora para tus dientes, evitando así que se formen caries. «Un mecanismo de defensa clave en todos los revestimientos epiteliales húmedos, como la boca, el tracto gastrointestinal y los pulmones, es una capa de moco espeso y bien hidratado», dice el estudio.

Otros de los estudios realizado por Friedrich Bischinger, especialista en neumología, en base a los efectos para la salud de comerse los mocos, es que ayuda al sistema inmune.

La mucosidad contiene también bacterias y virus que quedan atrapadas al respirar, por lo que comérselo sería una forma de enseñarle al cuerpo otros ejemplares víricos que no conoce y que así sepa cómo reaccionar a ellos.

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Contraindicaciones de comerse mocos

Según los anteriores estudios, no existen evidencias de que comerse los mocos pueda afectar a la salud, pero si al extraerlo, ya que puede provocar irritación nasal al rascar las paredes nasales, provocando heridas y llagas y que estos se infecten por las bacterias que puedan encontrarse en la uña.

En definitiva, si su hijo o hija se comen los mocos, no se alarme por su salud, aunque si puede corregir esa conducta poco agradable a la vista.