En un acto desesperado por mejorar las condiciones de atención médica, los médicos residentes del Hospital Central “Doctor Ignacio Morones Prieto” en San Luis Potosí han iniciado una asamblea permanente. Desde mayo, estos profesionales de la salud han advertido sobre la grave escasez de insumos básicos, medicamentos y materiales de diagnóstico, lo que ha provocado demoras en el tratamiento y un aumento en el riesgo de complicaciones para los pacientes.
“Trabajamos en un hospital con sobrecupo de pacientes, pero sin recursos para su diagnóstico, tratamiento y seguimiento”, explica uno de los médicos residentes. “Incluso hemos tenido que desembolsar dinero de nuestro propio bolsillo para poder ayudar a los pacientes”.
La falta de recursos ha obligado a cerrar temporalmente algunas especialidades como patología, dermatología, cardiología y oftalmología. Además, la unidad de hemodiálisis ha ofrecido un servicio intermitente desde junio y solo 10 de los 12 quirófanos del hospital están en funcionamiento.
“Es una situación crítica que merma nuestra formación y pone en riesgo la calidad de la atención”, señala uno de los médicos adscritos a la especialidad de ginecología y obstetricia, quienes se han unido a la protesta.
Ante esta emergencia, los médicos residentes esperan establecer una mesa de diálogo con las autoridades de salud para encontrar una solución definitiva y garantizar que puedan brindar la atención que los pacientes de bajos recursos y sin seguridad social merecen.
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