La terapia génica es el tratamiento perfecto para el Parkinson, estudio

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En la etapa tardía de la enfermedad de Parkinson, el medicamento levodopa se vuelve menos efectivo en el tratamiento de los síntomas que mejora el estado de salud de los pacientes. Debido a la inexorable pérdida de neuronas liberadoras de dopamina.

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En este sentido, un nuevo estudio preclínico de Northwestern Medicine en Estados Unidos, muestra que una terapia genética dirigida a la pequeña región del cerebro donde residen estas neuronas, la sustancia negra, aumenta sustancialmente los beneficios de la levodopa.

Todo ello gracias a la colaboración de Investigadores de la Universidad de Sevilla (US) y del Instituto de Biomedicina de Sevilla (IBIS). Ambas entidades han descubierto que la terapia génica restauró la capacidad de las neuronas de la sustancia negra para convertir la levodopa en dopamina. Así lo publican en la revista ‘Nature‘.

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En esencia, esto permitió a la levodopa recrear el entorno encontrado en el cerebro sano y eliminó la actividad cerebral aberrante responsable de la dificultad para moverse.

En el mismo estudio, resultado de la investigación liderada de forma colaborativa y multicéntrica, por la doctora Patricia González-Rodríguez durante su estancia en Northwestern University (Chicago, USA), también ofrecen una explicación de por qué se pierden neuronas liberadoras de dopamina en la enfermedad.

Desarrollo del estudio del tratamiento para la enfermedad de Parkinson

Los autores muestran que el daño a las centrales eléctricas dentro de las neuronas liberadoras de dopamina (mitocondrias) es suficiente para desencadenar una secuencia de eventos, utilizando herramientas genéticas avanzadas. Estas agrupan todos los circuitos cerebrales que se dan con el Parkinson.

Estos resultados se obtienen a partir del ratón modificado genéticamente en el año 2015. En el marco del proyecto de investigación que la Dra. Patricia González-Rodríguez desarrollaba junto al equipo del laboratorio del Instituto de Biomedicina de Sevilla/US/CIBERNED.

Este es en la actualidad el primer modelo animal conocido que recapitula la enfermedad de Parkinson en humanos.

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Concretamente, el modelo animal, al carecer del gen Ndufs2 altera el complejo mitocondrial I (CMI) y genera en los ratones un parkinsonismo (movimientos anormales) progresivo.

Los hallazgos en ratones podrían ayudar a identificar a los humanos en las primeras etapas de la enfermedad de Parkinson. Además de a desarrollar terapias para retardar la progresión de la enfermedad y a tratar la enfermedad en sus últimas etapas, señalan los investigadores.

El estudio ha descubierto que el daño a las ‘plantas de energía’ de las neuronas que liberan dopamina es suficiente para causar la enfermedad de Parkinson. Cuando estas plantas de energía (mitocondrias) comienzan a apagarse, la capacidad de las neuronas para hacer su trabajo en el cerebro se ve comprometida.

Sin una fuente de energía suficiente, las neuronas acaban marchitándose y muriendo. Este hallazgo abre una nueva vía para desarrollar terapias que protejan la función de las mitocondrias.

Las terapias génicas pueden detener la progresión del Parkinson

En contra de lo que se pensaba en los últimos 30 años, la aparición de los síntomas motores de la enfermedad de Parkinson requiere la pérdida de la liberación de dopamina en una pequeña región del cerebro llamada sustancia negra.

Este descubrimiento también abre la puerta a nuevas terapias para los pacientes de la enfermedad de Parkinson en fase avanzada.

Los científicos demostraron que una terapia génica dirigida a la sustancia negra potencia eficazmente el beneficio sintomático de la levodopa.

«El desarrollo de terapias efectivas para retardar o detener la progresión de la enfermedad de Parkinson requiere que los científicos sepan qué la causa», apunta el autor principal del estudio, D. James Surmeier, presidente de neurociencia en la Escuela de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

«Durante mucho tiempo se ha debatido si el daño mitocondrial era una causa o una consecuencia de la enfermedad», añade. «Ahora que esta cuestión está resuelta, podemos centrar nuestra atención en el desarrollo de terapias para preservar su función; y de esta manera, frenar la pérdida de estas neuronas», finaliza.

Además de proporcionar un objetivo claro para las terapias modificadoras de la enfermedad, el estudio proporciona un modelo de la enfermedad de Parkinson antes de que aparezcan los síntomas clínicos.

La pérdida lenta y progresiva de neuronas liberadoras de dopamina en el modelo permitió a los investigadores ver lo que puede estar ocurriendo en el cerebro mucho antes de que el movimiento se vuelva difícil. Una investigación que invita a la esperanza.