La pubertad precoz en las niñas aumentó en la pandemia, y finalmente sabemos por qué

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Durante la pandemia de COVID-19 muchas cosas cambiaron y los rezagos derivados de esta situación aún son evidentes hoy en día. Una de las más extrañas e intrigantes situaciones se presentó en las niñas de todo el mundo, en las cuales se observó una cantidad importante e inusual de casos de pubertad precoz idiopática (se desconoce la causa específica).

De manera general, la mayoría de las personas comienza a experimentar la pubertad entre los 11 (niñas) y 12 años (varones) y se considera normal un rango de 8-13 años en las niñas y entre los 9-14 en los niños.

Por su parte, la pubertad precoz se refiere a un inicio temprano de la pubertad que se distingue por la aparición de caracteres sexuales secundarios (desarrollo mamario, vello púbico y axilar), entre muchos otros cambios, antes de los 8 años en el caso de las niñas.

Esta es una condición rara, por lo cual, cuando este aumento en la cantidad de niñas que experimentaron pubertad precoz durante la pandemia se hizo evidente en distintas partes del mundo, los investigadores comenzaron a sugerir que esto no era una simple coincidencia.

Con los reportes que mostraban este raro aumento de casos de niñas con pubertad precoz idiopática se comenzó a determinar con gran seguridad que debía de existir un factor (o más) que se presentó con mayor incidencia durante la pandemia y fue capaz de desencadenar esta situación.

Muchas posibles causas se investigaron, incluyendo un probable efecto del virus SARS-CoV-2, y ahora un nuevo estudio presentado en la 60ª Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica en Roma determinó que es probable que nada tenga que ver con dicho patógeno, sino con el tiempo que se pasa frente a los dispositivos inteligentes.

Para comprender mejor esta asociación debe tomar en cuenta que es específicamente la luz azul que emiten los teléfonos y tabletas, la que se reconoce puede tener una interferencia en nuestro sistema.

¿Cómo determinaron esto en el estudio?

Para determinar que esta asociación es posible los investigadores expusieron a ratas hembra inmaduras al espectro de luz que principalmente emiten las pantallas de los dispositivos inteligentes durante diferentes períodos de tiempo (cortos o largos) diariamente.

Sorprendentemente observaron que aquellas ratas que habían sido expuestas a la luz azul durante períodos más largos mostraron características prematuras de madurez en comparación con las demás.

¿Qué pueden indicar estos resultados?

Aunque es cierto que resta hacer estudios más específicos para extrapolar estos resultados con humanos, lo cierto es que estos resultados son suficientes para sugerir que la exposición prolongada a la luz azul que emiten los dispositivos inteligentes, además de tener un efecto en la melatonina (hormona que regula los ciclos de sueño), es capaz de alterar las hormonas sexuales que conducen a la pubertad.

Esto se hace más real al reconocer el aumento que se presentó en los niños respecto al uso de los dispositivos electrónicos durante la pandemia.

Sobre cómo es que afecta a la melatonina este factor, de manera general, esto se debe a que nuestro cerebro interpreta el matiz azul de la luz como una señal para mantenerse despierto, lo que altera nuestro ciclo de sueño con el uso de estos dispositivos durante la noche, propiciando que los niveles de melatonina disminuyan cuando en realidad deberían de estar en los niveles altos.

Lo que hasta ahora se cree es que, tal como se específica en ScienceAlert, «la inhibición de la melatonina en un momento crucial de nuestro desarrollo también podría decirle al cuerpo que es hora de aumentar las hormonas que lo preparan para la pubertad», pero ciertamente falta más investigación para afirmar este hecho.

«Descubrimos que la exposición a la luz azul, suficiente para alterar los niveles de melatonina, también es capaz de alterar los niveles de hormonas reproductivas y causar un inicio más temprano de la pubertad en nuestro modelo de rata. Además, cuanto más prolongada sea la exposición, más temprano será el inicio», describe la endocrinóloga y la autora principal Aylin Kilinç Uğurlu de la Universidad de Gazi.

«Como se trata de un estudio con ratas, no podemos estar seguros de que estos hallazgos se reproduzcan en niños, pero estos datos sugieren que la exposición a la luz azul podría considerarse un factor de riesgo para el inicio temprano de la pubertad», dice Uğurlu

Todos los detalles de la investigación en: 60ª Reunión Anual de la Sociedad Europea de Endocrinología Pediátrica.