La higiene personal es un factor muy importante si lo que queremos es vivir una vida saludable. La falta de esta puede tener consecuencias muy serias e incluso fatales, virus, infecciones, gérmenes, son algunos de los riesgos que se corre sin nuestro aseo corporal no es el correcto.
Cada cabello, cada uña, cada dedo, todo debe ser limpiado correctamente, incluso el ombligo. La parte de nuestro cuerpo más subestimada por la mayor parte de las personas, al ser un espacio que no utilizamos y no vemos gran parte del día, mucha gente no suele prestarle la atención debida, no suele limpiarlo de forma correcta.
Esta parte se encuentra es en la región umbilical, y es la consecuencia de la caída del cordón umbilical, dejando una pequeña cicatriz, la cual todos conocemos como ombligo. El resultado de no limpiar el ombligo puede llegar a provocar acumulaciones bacterianas tan fuertes que tienden a provocar consecuencias terribles, incluso podría incluso solidificar una piedra dentro del ombligo.
La manera ideal de un lavado de ombligo no es solo con agua, también se recomienda utilizar algún tipo de jabón o desinfectante, esto para eliminar la gran mayoría de bacterias que se resguarden dentro de esta pequeña cavidad.
La primera bandera roja a tomar en cuenta es ver una secreción entre blanca, café o amarilla saliendo del ombligo, según lo menciona el Dr. Karan Rajan en National Health Service.
Sin embargo, si no pusiste la atención necesaria o no le diste el lavado necesario para evitar la propagación de bacterias y su reproducción, la conclusión será terrible para la salud. El hecho de que las bacterias se sigan acumulando en el pequeño espacio, este material se compacta en un onfalolito, como lo mencionamos antes, una piedra en el ombligo.
Esta piedra puede llegar a tener un pigmento de color marrón oscuro o claro, o en su defecto, de color negro.
Para evitar tales problemas solo hay que mantener una buena higiene tanto en todo el cuerpo, como en el ombligo específicamente. Estas son algunos pasos que puedes seguir si quieres un tener una buena técnica de lavado de ombligo:
Con una esponja húmeda y con la ayuda de un poco de jabón, talla suavemente la zona umbilical, tanto por fuera al rededor y dentro del ombligo. Con una toalla limpia o un pedazo de papel, seca con palmadas tanto por fuera como por dentro del ombligo, tratando de no tallar para no dejar residuos dentro, los cuales se pueden acumular ahí, siendo contraproducente para la higiene. Al final, se puede untar un poco de crema, solo para mantener hidratada la zona. Y listo, tan fácil como esto es tener una buena limpieza de esta zona tan ignorada por muchos. Es recomendable practicar esto de forma continua, cada que entres a bañarte o por lo menos limpiarlo de 4 a 5 veces por semana, así tendrás la seguridad de que ninguna bacteria vive dentro de tu ombligo y no causará ningún estrago en tu salud.