El descubrimiento que nació de una molestia
Lo que comenzó como una simple molestia en un laboratorio podría convertirse en una de las mayores revoluciones en la lucha contra el cáncer. Zhen Xu, entonces estudiante de doctorado en ingeniería biomédica, estaba a punto de abandonar sus experimentos cuando el ruido de sus ultrasonidos llevó a sus compañeros a quejarse.
Al ajustar la frecuencia para complacer a sus colegas, ocurrió lo inesperado: no solo el sonido se volvió inaudible, sino que el tejido cardíaco de cerdo que estudiaba comenzó a desintegrarse ante sus ojos. “Pensé que estaba soñando”, recuerda Xu, hoy profesora en la Universidad de Michigan.
La histotripsia: precisión milimétrica contra el cáncer
Este descubrimiento fortuito, bautizado como histotripsia, canaliza ondas ultrasónicas hacia una zona focal del tamaño de “la punta de un lápiz de color”. Un brazo robótico guía el transductor sobre el tumor, mientras pulsos ultrarrápidos crean microburbujas que colapsan en microsegundos, desintegrando el tejido canceroso.
El sistema inmunológico del paciente se encarga luego de limpiar los restos. El procedimiento es tan preciso que permite a la mayoría de los pacientes volver a casa el mismo día, con sesiones que generalmente duran entre una y tres horas.
Resultados que hablan por sí solos
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos aprobó esta tecnología en octubre de 2023 para tumores hepáticos. Los números respaldan su eficacia: un estudio demostró éxito técnico en el 95% de los tumores tratados.
En junio, Reino Unido se convirtió en el primer país europeo en incorporar la histotripsia a su sistema de salud pública, marcando un hito en la accesibilidad de tratamientos no invasivos.
Más allá de la histotripsia: el ecosistema ultrasónico
La histotripsia no está sola en este campo. Los ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU) representan otra arma poderosa, utilizando calor para “cocinar” tejidos cancerosos. Esta tecnología ya demostró ser tan efectiva como la cirugía para el cáncer de próstata en estudios recientes.
Pero la verdadera revolución podría venir de las combinaciones. Investigadores exploran cómo las microburbujas estimuladas por ultrasonido pueden:
- Abrir temporalmente la barrera hematoencefálica para permitir que medicamentos alcancen tumores cerebrales
- Potenciar los efectos de la radioterapia dañando la vasculatura tumoral
- Mejorar la eficacia de la inmunoterapia haciendo los tumores más visibles al sistema inmunológico
Los límites de la tecnología
A pesar del optimismo, los investigadores mantienen la cautela. Los huesos y órganos gaseosos como los pulmones presentan desafíos técnicos, y aún faltan datos a largo plazo sobre la recurrencia del cáncer después del tratamiento.
Sin embargo, las investigaciones avanzan hacia nuevos horizontes. HistoSonics ya estudia aplicaciones para tumores renales y pancreáticos, mientras equipos internacionales exploran usos en cáncer de mama.
El futuro de la oncología
Richard Price, codirector del Centro de Inmunoterapia del Cáncer con Ultrasonido Enfocado, visualiza un futuro donde tratar un tumor podría desencadenar un ataque inmunológico sistémico contra células cancerosas en todo el cuerpo.
“El cáncer es horrible”, reflexiona Xu. “Lo que lo hace aún peor es el tratamiento”. Su descubrimiento, nacido de una simple molestia de laboratorio, promete aliviar parte de ese sufrimiento en los años venideros.
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