Las tardes otoñales, además de tener algo de calorcito al medio día, guardan frío después de las 6 de la mañana y también en la noche. Pero por fortuna hay muchas recetas a las que podemos recurrir, como por ejemplo las de los atoles, una bebida que nos ha calentado la garganta, el estómago y el alma desde hace años.
Por eso es que hoy queremos compartir contigo una receta para que prepares un delicioso y nutritivo atole de ajonjolí, una receta no tan popular, pero no por ello menos sabrosa. Además, es una buena fuente de energía por aquello de que hay días en los que sentimos que la flojera es mucha.
El atole es una bebida mexicana, que podemos encontrar en las calles de la Ciudad de México por las mañanas, sobre todo para espabilarnos, sacarle provecho y además de todo, empezar el día con toda la energía posible, porque nos dota de carbohidratos y proteínas, que al gastarlas se transforman en energía. Además lo hay de todos los sabores pero esta versión es uno de los tradicionales.
Beneficios del ajonjolí
El ajonjolí es una semilla que proviene de la planta de sésamo. Es una oleaginosa pequeña y plana, que se utiliza en diversas culturas culinarias de todo el mundo y se valora tanto por su sabor como por sus beneficios nutricionales. Se puede encontrar en diferentes formas, ya sea en crudo, tostada, en pasta como el tahini, aceite e incluso como ingrediente en productos horneados.
Nutrientes del ajonjolí
Este atole lleva ajonjolí y por ello podrías disfrutar de minerales como el calcio, el hierro, el magnesio y el zinc, además de ser una buena fuente de proteínas y fibra dietética. Así que ¡manos a la obra!
