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Ciudad de México.- Si hay algo que disfrutamos como seres humanos es el sabor y el olor de las comidas, sin estar siempre conscientes de ello, el olfato y el gusto nos ayudan a estar alertas respecto a una fuga de gas o algún alimento descompuesto y sobretodo nos hacen desear comer, algo que se pierde cuando se está enfermo.
Muchas enfermedades y lesiones pueden provocar trastornos del gusto y del olfato, inclusive los resfríos y los traumatismos en la cabeza, pero en estos tiempos la anosmia (pérdida del olfato) así como la ageusia (pérdida del gusto) son más comunes en las personas que padecen coronavirus.
Se calcula que estos dos síntomas afectan al 80 por ciento de las personas contagiadas de covid-19.
Aunque la mayoría de los pacientes logran recuperar el olfato de forma espontánea en sólo unas semanas, el 10 por ciento persiste sin recuperar estos dos sentidos, por lo que es necesario consultar al especialista y realizar un tratamiento.
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¿POR QUÉ PERDEMOS EL OLFATO Y EL GUSTO?
El techo de las fosas nasales está tapizado de epitelio olfatorio, un tejido formado por 3 tipos de células: células basales, neuronas sensitivas olfatorias (que sobreviven entre 30 y 60 días) y células de soporte. Lo que ocurre con SARS-CoV-2 es que tiene una especial facilidad para meterse en las entrañas de estas células.
Debido a que los sensores de las células advierten la presencia del coronavirus, se da una respuesta inflamatoria que llega a la célula olfatoria, lo que provoca que dejemos de oler parcial o totalmente.
Al perder el olfato, también se suele alterar la percepción del sabor de los alimentos, puesto que las partículas volátiles de la comida estimulan también el sentido del olfato por vía retronasal, para aportar gran parte de la información sensitiva.
¿CÓMO RECUPERAR EL OLFATO Y EL GUSTO?
Existen diversos tratamientos, pero lo que ha demostrado efectividad es el entrenamiento olfativo que consiste en ejercitar la memoria que ayudará a ir recuperando ambos sentidos.
Este método es el mismo que utilizan en las consultas los otorrinolaringólogos con aquellas personas que han perdido de forma repentina, el olfato y el gusto.
Es posible recuperar ambos sentidos siempre y cuando se trate de un trastorno olfativo no estructural. Para determinar si este es el caso, lo primero que el paciente debe hacer es acudir a un especialista para que descarte problemas más graves relacionados con la pérdida del olfato.
TRATAMIENTO
Se deben seleccionar olores de aceites esenciales o especias como rosa, limón, eucalipto, clavo, canela, café u otros que tengan aromas muy definidos, inequívocos, independientes entre sí y conocidos por cualquier persona o paciente.
La clave está en oler durante 30 segundos seguidos cada esencia. Se deben hacer dos o tres sesiones diarias, durante al menos tres semanas.
El paciente se dará cuenta si ha mejorado, aunque también un otorrinolaringólogo puede evaluar la capacidad olfatoria del paciente mediante pruebas de olfatometría.