Explican que un oso negro joven con dicho comportamiento tuvo anomalías neurológicas al ser sometido a ua tomografía en 2019.
Además registraron nuevos casos de osos que no se inmutan aunque los intenten asustar gritando o haciendo ruidos.
Encontraron una osa demasiada joven para estar sola, “como un perro” en su comportamiento, completamente cómoda con la gente, recogiendo una manzana para comer frente a ellos en el patio trasero.
Física y mentalmente, la osa simplemente no parecía estar bien, caminaba de manera extraña, aburrida y no respondía como debería ser un oso normal.
Fue llevada al Laboratorio de Investigaciones de Vida Silvestre del CDFW en Rancho Cordova para ser observado y evaluado por veterinarios.
Cubierta de garrapatas, la hembra de un año tenía un tamaño insuficiente y un peso inferior al normal para su edad, con apenas 21 libras. Un oso de edad similar debería pesar más cerca de 80 libras.
Bajo observación en cautiverio, la osa mostraba temblores de cabeza intermitentes y una sutil inclinación de cabeza, signos preocupantes de anomalías neurológicas.
«Cada vez que un animal salvaje entra a nuestro cuidado, el mejor resultado posible es una liberación de regreso a la naturaleza», explicó el veterinario del CDFW, Brandon Munk.
«Eso simplemente no es posible para estos osos con discapacidad neurológica. En este punto, no sabemos qué causa la encefalitis, por lo que no sabemos qué riesgos para la salud, si los hay, podrían representar estos osos para otros animales».
Los primeros casos de osos negros jóvenes con anomalías neurológicas se registraron en 2014 en el estado de Nevada.
De momento se desconoce qué es lo que provoca esa enfermedad. Un estudio publicado a finales del año pasado, concluyó que se habían descubierto cinco nuevos virus en diferentes partes del organismo de los osos que padecieron dicho trastorno, aunque no se determinó su relación con las anomalías neurológicas.
