Una epidemia letal azota la República Democrática del Congo, dejando a las autoridades sanitarias perplejas. Según informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), una enfermedad desconocida ha cobrado la vida de decenas de personas en cuestión de días en la provincia noroccidental de Équateur.
Los primeros casos se reportaron el 21 de enero de 2025 en la aldea de Boloko, y desde entonces, los brotes se han extendido rápidamente. Hasta el 15 de febrero, se han identificado 431 casos y 53 muertes, con casi la mitad de las víctimas falleciendo en las 48 horas posteriores al inicio de los síntomas.
Los síntomas incluyen fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, mialgia, sudoración, tos y diarrea. Algunos casos más graves han presentado signos hemorrágicos, como hemorragia subconjuntival, epistaxis y hematemesis. Investigaciones preliminares sugieren que el consumo de un cadáver de murciélago podría estar relacionado con la aparición de la enfermedad en tres niños fallecidos.
Aunque se han descartado el ébola y el virus de Marburgo, los expertos aún investigan si se trata de malaria, fiebre hemorrágica viral, intoxicación alimentaria o meningitis. La OMS ha enfatizado la necesidad de medidas urgentes para acelerar las investigaciones de laboratorio, mejorar la gestión de casos y fortalecer la vigilancia y comunicación de riesgos.
Dada la ubicación remota y la débil infraestructura médica en la región, el riesgo de una mayor propagación es alto, lo que requiere una intervención inmediata de alto nivel para contener este brote mortal. ¿Podrán los expertos desentrañar el misterio y detener la propagación de esta enfermedad desconocida antes de que cobre más vidas?
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