Mientras Moscú y Kiev negocian en Arabia Saudita, el campo de batalla se convierte en el verdadero escenario de la guerra. En la región rusa de Kursk, las fuerzas ucranianas se enfrentan a una ofensiva implacable, luchando por mantener su posición.
Según datos oficiales rusos, el territorio bajo control ucraniano en Kursk se ha reducido de 407 a 289 kilómetros cuadrados en tan solo una semana. Las tropas rusas han logrado recuperar varias localidades, como Lebedka, a solo 7 kilómetros de la ciudad de Sudzha.
“Nuestros militares hacen todo lo posible por limpiar cuanto antes nuestra tierra y no dudamos de que así será”, declaró el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, con un tono de optimismo.
Sin embargo, el comandante en jefe del ejército ucraniano, Oleksander Syrskyi, asegura que sus tropas no corren el riesgo de ser rodeadas. “Hasta el momento no existe el peligro de quedar cercados. Nuestros soldados aplican medidas oportunas para situarse en posiciones de defensa más favorables”, escribió en sus redes sociales.
La situación en Kursk se ha vuelto crítica, con los rusos intentando cortar las vías de suministro logístico de las fuerzas ucranianas. Analistas militares de ambos bandos coinciden en que la batalla por el control de esta región será clave en los próximos días.
¿Podrán los valientes soldados ucranianos mantener su posición y frustrar los planes del Kremlin? Sigue de cerca la cobertura de N24 para estar al tanto de los últimos desarrollos en este frente de guerra.